Cierran las urnas en Paraguay tras una jornada tensa con una enorme afluencia, golpes y empujones
ASUNCIÓN.– Luego de una tensa jornada electoral caracterizada por acusaciones cruzadas y la desbordante afluencia de votantes que, en algunos centros terminaron a las trompadas, empujones y gritos tras horas de espera bajo el sol abrasador, los portones de los locales cerraron a las 16 (las 17 en la Argentina) como estaba previsto, pero la gente sigue votando adentro. En breve comenzará el recuento de votos para conocer al próximo presidente de Paraguay.
“Si a las 16 estás en la fila, tenés derecho a votar. Sí o sí. Andá a la hacer fila, estamos a muy pocos votos de que la victoria sea irreversible”, escribió hace unos minutos el líder de la oposición, Efraín Alegre.
Si a las 16:00 estás en la fila, tenés derecho a votar. Sí o sí. Andá a la hacer fila, estamos a muy pocos votos de que la victoria sea irreversible.
— Efraín Alegre (@EfrainAlegre) April 30, 2023
Sin encuestas confiables, el desenlace es aún incierto. Los primeros resultados preliminares se esperan a partir de las 17 ya que el Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE) decidió en estas elecciones generales prohibir divulgar el resultado de la boca de urna hasta una hora después de culminar las votaciones.
Además de presidente y vicepresidente, el electorado paraguayo elige mediante el voto electrónico a 45 senadores titulares y 30 suplentes; 80 diputados titulares y 80 suplentes; 17 gobernadores, y 257 miembros titulares y otros 257 miembros suplentes para juntas departamentales.
Los protagonistas de esta contienda son Santiago Peña, aspirante por la Asociación Nacional Republicana (ANR), un partido que ha gobernado desde 1947, incluso como sostén político del dictador Alfredo Stroessner (1954-1989), con la excepción de un breve período de tinte progresista liderado por el exobispo Fernando Lugo en 2008 y que terminó anticipadamente en 2012 con un juicio político, y Alegre, un abogado de 60 años que lidera la Concertación Nacional, una amplia agrupación de diferentes fuerzas políticas, y que intenta por tercera vez hacerse con la presidencia.
Los analistas también están pendientes del desempeño del tercer candidato, Paraguayo Cubas, que, con una retórica explosiva, ha apelado al hartazgo de la sociedad paraguaya con la política tradicional generando una importante tracción entre los jóvenes.
En instancias anteriores, el Partido Colorado tenía prácticamente afianzadas las elecciones a estas alturas. Sin embargo, luego de una campaña austera del oficialismo, debilitada moral y financieramente por los señalamientos de corrupción y las sanciones económicas de Estados Unidos a Horacio Cartes, presidente y mecenas de la ANR, el binomio Peña-Alliana llega a las urnas menos holgado.
De hecho, en 2022, Paraguay obtuvo una de las peores calificaciones de la región en el Índice de Percepción de la Corrupción y Alegre ha centrado su discurso en atacar “la mafia”. En una entrevista con LA NACION incluso llamó a Cartes “el Pablo Escobar paraguayo”.
También influyeron las intrigas y fracturas en el seno del oficialismo, que alcanzaron su máxima expresión en esta jornada electoral con todos los gestos del presidente saliente, Mario Abdo Benítez: no se presentó en ningún acto con Peña, evitó mencionarlo en sus declaraciones a la prensa después de emitir su voto e incluso ayer elogió al candidato Cubas en una entrevista con France24.
Aún así, el coloradismo cuenta con una enorme ventaja: su inmenso aparato partidario, de más de 2,5 millones de afiliados, que consolidó en las siete décadas de hegemonía casi perfecta al frente del país.
En la región, la expectativa gira en torno al futuro político de Paraguay, uno de los socios del Mercosur que ha sido prácticamente inmune a la alternancia política. También hay otras cuestiones de carácter internacional en juego: como la continuidad de la relación con Taiwán, así como el reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel.
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