Rusia intensifica los ataques en Ucrania intenta reconquistar ciudades perdidas

Por Dan Peleschuk y Herbert Villarraga

KIEV/BAJMUT, Ucrania, 28 dic (Reuters) – El ejército ruso disparó 33 cohetes contra objetivos civiles en la ciudad ucraniana de Jersón en las 24 horas previas a la madrugada del miércoles, según informó el ejército ucraniano, mientras se intensificaban los combates con el despliegue por parte de Rusia de más tanques y vehículos blindados en las líneas del frente.

El Estado Mayor de las Fuerzas Armadas ucranianas afirmó en su informe matutino que las fuerzas rusas estaban atacando con morteros y artillería zonas pobladas de la orilla derecha del río Dniéper, cerca de Jersón.

Rusia niega haber atacado a la población civil. Reuters no pudo verificar inmediatamente estas informaciones.

El ejército ruso abandonó Jersón el mes pasado en uno de los avances más significativos de Ucrania en los 11 meses de guerra, pero los combates han entrado en una fase lenta y agotadora a medida que se ha instalado el amargo clima invernal.

«Ha habido muy pocos cambios en cuanto a la línea del frente, pero la presión del enemigo se ha intensificado, tanto en número de hombres como en tipo y cantidad de equipos», declaró el analista militar ucraniano Oleh Zhdanov.

Zhdanov afirmó que los combates se habían intensificado con la movilización por parte de Rusia de vehículos blindados y tanques.

Los combates más intensos se han producido en torno a la ciudad oriental de Bajmut, que Rusia lleva meses intentando asaltar con un enorme coste en vidas humanas, y más al norte, en las ciudades de Svatove y Kreminna, donde Ucrania intenta romper las líneas defensivas rusas.

En Bajmut, donde vivían 70.000 personas antes de la guerra y que ahora está en ruinas, los reporteros de Reuters vieron incendios en un gran edificio de viviendas. Las calles estaban llenas de escombros y las ventanas de la mayoría de los edificios habían estallado.

«Nuestro edificio está destruido. Había una tienda en nuestro edificio, ahora ya no está», dijo Oleksandr, de 85 años, que añadió que era el único residente que quedaba allí.

Cerca de allí, Pilaheia, de 73 años, dijo que hacía tiempo que se había acostumbrado a las «explosiones constantes».

El presidente ruso Vladimir Putin lanzó su invasión de Ucrania el 24 de febrero, describiéndola como una «operación militar especial» para «desnazificar» a su vecino, que según él supone una amenaza para Rusia.

Rusia se propuso someter a Ucrania en cuestión de días, pero sus fuerzas fueron derrotadas en las afueras de la capital, Kiev, en primavera y se vieron obligadas a retirarse de otras zonas en otoño.

Putin respondió convocando a cientos de miles de reservistas por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial.

RUSIA TOMA REPRESALIAS POR LA LIMITACIÓN DE PRECIOS

Putin tomó represalias el martes contra la limitación de los precios de su petróleo impuesta por los países occidentales, afirmando que Rusia prohibirá las ventas de petróleo a los países que acaten el tope impuesto el 5 de diciembre.

Este límite, inédito incluso en los tiempos de la Guerra Fría entre Occidente y la Unión Soviética, tiene por objeto paralizar los esfuerzos militares de Rusia en Ucrania, sin alterar los mercados bloqueando realmente su suministro de petróleo.

Según el límite, los operadores de petróleo que quieran mantener el acceso a la financiación occidental para aspectos tan cruciales del transporte marítimo mundial como los seguros deben conprometerse a no pagar más de 60 dólares por barril de petróleo ruso transportado por mar.

Se trata de un precio cercano al actual del petróleo ruso, pero muy inferior a los precios a los que Rusia pudo venderlo durante gran parte del año pasado, cuando los beneficios inesperados de la energía le ayudaron a compensar el impacto de las sanciones financieras.

El decreto de prohibición del petróleo de Putin se presentó como una respuesta directa a «las acciones inamistosas y contradictorias con el derecho internacional de Estados Unidos y de Estados extranjeros y organizaciones internacionales que se unen a ellos».

La prohibición detendría las ventas de crudo a los países participantes en el tope de precios entre el 1 de febrero y el 1 de julio de 2023. La prohibición de productos petrolíferos refinados, como la gasolina y el gasóleo, entraría en vigor en una fecha que fijaría el Gobierno. Putin tendría autoridad para anular las medidas en casos especiales.

Rusia es el segundo exportador mundial de petróleo, por detrás de Arabia Saudita, y cualquier interrupción real de sus ventas tendría consecuencias de gran alcance para el suministro energético mundial.

UN PLAN DE PAZ

En los últimos días, Putin ha expresado en repetidas ocasiones su deseo de entablar conversaciones de paz.

Sin embargo, su ministro de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, dejó claro que Rusia tiene condiciones previas, entre ellas que Ucrania reconozca la conquista por la fuerza de alrededor de una quinta parte del territorio ucraniano, que Rusia dice haberse anexionado.

Ucrania afirma que nunca aceptaría ceder territorio.

Zelenski ha estado promoviendo un plan de paz de 10 puntos, debatiéndolo con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, entre otros, e instando a los dirigentes mundiales a celebrar una Cumbre Mundial por la Paz.

En un discurso pronunciado a última hora de la noche del martes, Zelenski declaró que en una reunión del mando militar se habían «establecido los pasos a seguir en un futuro próximo».

«Seguiremos preparando las fuerzas armadas y la seguridad de Ucrania para el próximo año. Será un año decisivo. Comprendemos los riesgos del invierno. Entendemos lo que hay que hacer en primavera», afirmó.

(Reporte de las oficinas de Reuters; redacción de Rosalba O’Brien y Michael Perry; editado en español por Flora Gómez)

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