«Después del partido ante Moutet me quedé cojo»
En el Salón Ópera de un histórico hotel de París inaugurado en 1862 por la emperatriz Eugenia, esposa de Napoleón III, Rafa Nadal atiende a los medios españoles después de cumplir con la protocolaria sesión de fotos oficiales con la Copa de los Mosqueteros, que le acredita como campeón de Roland Garros por 14ª vez. Se sienta en una silla Luis XV debido a los estragos ocasionados por el esfuerzo de jugar con el pie anestesiado durante casi dos semanas. La estampa parece más la de una recepción real que la de una entrevista, por la majestuosidad de la sala, y porque el balear está rodeado de periodistas, algunos arrodillados. Así habla de su lesión, del tratamiento, del torneo y de su futuro.
¿Cómo ha sido la noche y qué tal se encuentra?
Físicamente, la verdad que estoy muy bien. Estuve muy bien las dos semanas. A veces, cuando juegas partidos largos, tienes agujetas. Pero, sorprendentemente, por el prácticamente nulo entrenamiento que he tenido previo a este torneo, he jugado partidos de más de cuatro horas contra Felix (Auger-Aliassime) contra Novak (Djokovic). Con Zverev llevaba tres horas jugando… Pero a la mañana siguiente, a nivel corporal me levantaba bien. Físicamente, y para estas alturas de mi carrera y con la edad que tengo, sorpresivamente no tenía muchas agujetas, estaba bien. Esta última no ha sido una noche normal, porque me dolía el pie. Pasa cuando se me despierta y después de dos semanas y media tomando muchísimos antiinflamatorios y analgésicos prácticamente cada seis horas, porque no quedaba otra opción. He dejado de tomar porque no puedo seguir.
¿Cuánto dura la anestesia?
Depende, pero bueno, no es matemático, unas siete u ocho horitas.
¿Es muy doloroso el pinchazo, más que en la rodilla o menos, o usted está ya hecho a todo?
Duele, sí, el pinchazo duele. Lo que duele que te pinchen con una aguja. Depende del sitio. Duele menos el nervio. Pero es soportable. Porque si no, no lo hubiéramos hecho. Aunque hacer esto 20 minutos antes de salir a la pista cada día, no es agradable.
¿Cómo se juega con el pie sin sensibilidad, se entrena, le sale el juego automático?
Hay que tener una cosa clara, me hacen un bloqueo a distancia de los nervios sensitivos, porque si te duermen el motor no puedes mover el pie. A mí, me lo han hecho después de alguna operación para evitar el dolor y no lo puedes mover. Es imposible. Se queda sin control alguno. A mí me duele el nervio sensitivo. No es matemático tampoco. Al final hay días en los que se te duerme un poco más hacia abajo. Por ejemplo, en la final se me durmieron los dedos también, la sensación era peor. Pero al menos con el tobillo tienes el control. Menos, pero de alguna manera lo sigues controlando lo necesario para poder competir. Tienes el control del pie, lo único que pasa es que no tienes ninguna sensibilidad y hay un poco más de riesgo a la hora de doblarte el tobillo. Pero, vamos, que me da igual no tener sensibilidad, para mí es La Habana, porque paso de ir cojo, a jugar sin dolor. Desgraciadamente, no se puede alargar en el tiempo esto. Al menos, al final fui capaz de ganar el torneo porque pude moverme y correr, cosa que en Roma y hasta en Madrid, pues fue más complicado.
¿Si nos enseñara ahora el pie, nos asustaríamos?
Si no lo grabáis, os lo enseño después sin problemas (se ríe), encantado, pero no os gustaría verlo (no lo mostró).
¿Le tiene miedo a algo?
Los pinchazos ya no me dan ningún miedo. Desgraciadamente, estoy hecho a eso. Ya me han dado para aburrir. Estoy acostumbrado. Tengo confianza en la gente que tengo al lado. Y en ese sentido, creo que tengo un buen equipo, ya no solo deportivo, sino también médicos que durante mi carrera han tomado la mayoría de las veces decisiones adecuadas, También algunas veces nos hemos equivocado. Pero al final, es lo que hay.
¿Mañana podría subirse a su barco sin dolor?
Sin dolor, no. El año pasado terminé Roland Garros y estuve dos semanas y media cojo. Cuando salí del partido con Novak, no podía ni bajar escaleras durante. Cuando dejo de jugar un tiempo, igual que después de Canadá el año pasado, que me tuve que retirar luego en Washington, estoy cojo. Las primeras semanas son malas, pero si dejo de jugar al tenis durante un mes y medio, mi vida diaria ya no es un problema. Al final llega un momento que me deja de doler, me molesta, pero no es un dolor como el que siento cuando estoy entrenando.
En cuanto al tratamiento al que se va a someter esta semana, ¿el médico es optimista?
Vamos a ver qué pasa. El objetivo es claro, es hacer una radiofrecuencia pulsátil en el nervio para intentar conseguir la sensación que tengo cuando juego con el pie dormido, y mantenerla de una manera permanente. Y si funciona, se va a quitar un poco la sensibilidad de lo que es la parte sensitiva de encima del pie. Con los bloqueos a distancia, se ha demostrado que puedo jugar, con lo cual, si se consigue que este tratamiento funcione y dejarme el nervio tocado y que me quite esa sensación de dolor de manera permanente, pues no se solucionará el problema, pero sí se podría seguir jugando, que es el objetivo ahora mismo. Vamos a ver qué sucede. Yo acostumbro a ir paso a paso y al final hago las cosas pensando que van a ir bien.
¿Qué le ocurrió después del encuentro contra Moutet (en segunda ronda)?
Me quedé totalmente cojo, pero aún no me había infiltrado. A partir de ahí, llegamos a la conclusión de que no podía seguir infiltrándome en donde estaba haciéndole, porque al final era una cuesta abajo continuada. Después se tomó la decisión de infiltrarme el nervio a distancia y ha sido el mejor acierto, porque si no, creo que no hubiera llegado de ninguna manera sin buscar soluciones.
¿Recuerda cuál fue el último partido que jugó sin tomar analgésicos?
No quiero entrar en eso, ya hemos hablado lo suficiente de eso. Todos los deportistas de élite sabemos lo que tenemos y sabemos qué tenemos que tomar en cuanto a analgésicos para poder competir; es evidente que la mayoría de los deportistas profesionales viven con antiinflamatorios.
¿Siente más el dolor psicológico que el físico?
No tengo ningún dolor psicológico. Si no tengo dolor físico, yo no tengo ninguno psicológico. [Pero ahora tiene ese dolor…] Sí, pero ya sabía que lo tendría. El tema no es que tenga hoy el dolor; hace dos semanas ya tenía muy claro que cuando terminara el torneo iba a estar mal, y eso lo tengo asumido, es muy fácil de asumir. El problema es el día a día. Lo que uno no puede tener asumido es que en el día a día no pueda entrenar porque te levantas cojo demasiados días. Eso sí, se hace difícil de asimilar, lo demás es más complejo.
Lleva todo el año hablando más de dolor que de tenis. ¿Está harto?
Después de lo que pasó en Roma, era lógico que se hablara de ello, pero durante el torneo he intentado hablar lo menos posible y os dije que cuando terminara lo haría, y así lo he hecho. Lo que queda es que se ha ganado un Roland Garros, que quizá es uno de los más difíciles de mi carrera y de los más importantes. Me quedo con eso.
Al margen de lo que le ha pasado en el pie, ¿de qué quiere hablar sobre este Roland Garros?
Creo que a nivel tenístico tiene un valor fundamental, porque se ha conseguido ganar a gente muy buena. Y a nivel mental también, porque al final la satisfacción personal siempre la valoro un poco más que lo otro. Después de vivir lo que viví, en Indian Wells con la costilla rota, después de Roma, cuando tras un set y un poco más, me quede cojo. Y teniendo muchos días en los que no pude entrenar, sabía que los partidos iba a poder jugarlos, porque con el pie dormido se puede jugar. Pero lo difícil era tener la capacidad de poner todo esto a un lado y centrarme en el tenis para competir al nivel que lo hice. Eso quiere decir que mentalmente estuve totalmente preparado para asumir el reto.
Su partido contra Djokovic fue particularmente bueno por su parte. ¿Recuerda otros a ese nivel? ¿Y qué novedades importantes introdujo tácticamente después de la referencia del año pasado aquí?
Yo creo que a nivel tenístico la final de 2020 quizás fue mejor que este partido, que al final fue más emocionante, porque el resultado fue más apretado. Jugué muy bien, esta es la verdad. Lo que pasa es que no pude mantener el nivel, sobre todo en el segundo set, por el hecho de que me faltaba bagaje. Yo opino que al final jugué muy bien, pero era la primera vez que estaba jugando a ese nivel durante hora y media en los últimos cuatro meses. Si el partido contra Novak hubiera llegado en una temporada de tierra normal, en la que hubiera ganado algunos partidos y algún torneo, se me hubiera hecho más sencillo mantener el nivel. Pero el hecho de no haber tenido todo este bagaje te hace tener más dudas. La intensidad es un hábito también, no es algo que te venga por sí solo. Pero para mí tiene un valor añadido el hecho de que después, en el tercer set, fui capaz de volver a tener la determinación de jugar de manera agresiva. No hubo un cambio táctico. Al final nos conocemos muy bien. Se habla mucho de táctica, pero se puede aplicar cuando uno realmente juega bien. Sabía que unas condiciones, sobre todo de noche, cuando la bola no salta tanto como de día, para mí era muy importante el golpe paralelo. Tenía que hacer daño con mi revés paralelo, porque él va cogiendo el ritmo y se mete muy bien dentro de la pista. De día, puedes tener una sensación de fallo porque la bola es más viva y el cordaje no se siente tanto. De noche eso no iba a ocurrir, por lo cual tenía que estar muy afinado también con el drive paralelo. Fue uno de los partidos bonitos y emocionantes por el ambiente que había
¿Sus 14 títulos de Roland Garros ya son imposibles de superar?.
Parece imposible. Muy difícil. Sé de la dificultad que tiene eso y de todas las circunstancias que se tienen que dar para que ocurra. Pero al final sí lo he hecho yo, supongo que se podrá repetir. No voy a ser yo un superelegido. Es evidente que se tienen que dar muchas circunstancias, que en mi caso se han dado. Pero bueno, será difícil.
Después de todas las cosas que tiene que hacer para jugar, ¿no le tienta de algún modo la vida futura, la vida después del tenis, y cómo la imagina?
Me imagino igual que la he vivido durante bastante veces en mi carrera, que he tenido que estar meses fuera de la competición por el tema de las lesiones. Yo siempre he sido feliz fuera el tenis. No es algo que me quite el sueño ni que me produzca ningún miedo. Yo tengo y siempre he tenido muchas cosas que me hacen feliz, más allá del tenis. A nivel físico, lo que tengo, lo tengo. Creo en cuanto al pie me podrán quitar el dolor de una manera bastante definitiva. Lo que pasa es que, para quitarme el dolor, me tengo que someter una operación que consiste en fijarme el pie, y si lo hago, no podré seguir jugando.
Nunca había ganado Australia y Roland Garros el mismo año. ¿Es una locura pensar en ganar los cuatro Grand Slams en un año?
Sí, es una locura. Más así como estamos y aun estando perfectos, me parece una locura. Porque es algo que no lo ha hecho nadie desde Rod Laver (en 1969). El que estuvo más cerca fue Novak el año pasado. Considero que es una locura pensarlo. Ni me lo planteo y ya más que ganar, firmaría poder jugar los cuatro.
De su primer título hasta ahora, el tenis ha cambiado, como todo en esta vida…
Se juega de una manera más rápida y nos tenemos que adaptar. Antes se jugaba un tenis más clásico sobre tierra, más como el de Casper (Ruud). Y a día de hoy quedan menos jugando este tipo de tenis. Incluso yo no lo juego ya, la mayoría de veces no. Pero bueno, en general las cosas evolucionan en ese sentido, todos evolucionamos y yo mismo he ido cambiando, adaptando mi raqueta para tener más potencia. De hecho, este año cambié el peso, cambié el cordaje, estaba jugando siempre con 1,35 y ahora juego con 1,30. Para el peso puse más plomo en la cabeza para intentar conseguir un poquito más de potencia. Y otra cosa, algo que ya es más fuera de lo común, cambié a la raqueta antigua dos días antes de empezar este torneo para jugar en tierra. Volveré a la otra si consigo jugar en hierba o en dura. Tengo que dar gracias a Babolat, que hizo el esfuerzo de prepararme las raquetas en una tarde y me las trajeron. Y la verdad es que creo que a partir de ahí mis sensaciones de control mejoraron.
¿Le parece que durante el torneo se le ha faltado al respeto con tanta especulación sobre su futuro?
Uf, yo no entro en ese charco nunca. Al final, igual que también se me ha alabado muchísimo, también entiendo que aparezcan dudas sobre muchas cosas y las acepto porque yo también las siento. Si te soy sincero, no lo leo todo y menos cuando estoy en los torneos aislado, porque yo debo hacer mi camino. A final es lógico, porque vivimos en el mundo de la inmediatez y del momento, y todo pasa muy rápido. Es evidente que estos últimos meses, he estado con una costilla rota y luego llegué con una preparación nula a Madrid y Roma, y además ha coincidido todo con que Carlos (Alcaraz) ha ganado en Miami, Barcelona y Madrid, y al final es una cara nueva que aporta mucho positivismo; de alguna manera, entiendo que había que hacer esta promoción, pero yo hago mi camino. Tengo una cierta edad y tampoco me preocupan mucho las cosas que pasan por ahí, y yo como mero espectador no puedo estar más contento de tener a alguien como Carlos en nuestro país; si luego se considera que por el hecho de que por ensalzar tanto una cosa se hace de menos a la otra… Si lo dices, por eso, no te lo sé cuantificar y tampoco soy una persona de plantearme todas estas cosas.
¿En algún momento ha tenido la tentación real de retirarse? ¿Hasta qué punto le compensa continuar como está?
Compensar, compensa siempre, lo que pasa es que en un momento dado, lo que no compensa es cuando uno no se siente competitivo; si no puedes entrenar, ¿cómo vamos después a competir? Y estos últimos meses no ha podido ser… Sé que se hace difícil de entender desde fuera y por eso a veces cuesta hablar de ello, pero yo y los que están a mi alrededor en el día a día sabemos lo que hay, y hay que confiar en esta posible solución (el nuevo tratamiento). Yo soy bastante realista, no soy muy dramático ni tampoco muy impulsivo, y a partir de ahí tomo las decisiones acordes a lo que se puede y lo no se puede, y no se puede seguir como estos últimos meses, con lo cual, vamos a intentarlo. Si eso funciona el primero que quiere seguir soy yo y también los de mi alrededor, porque todos nos lo pasamos bien haciendo lo que hacemos y disfrutamos. Después, vamos a ver qué se puede hacer… Si esto no funciona y hay que pensar en una operación, que no te garantiza al cien por cien que te recuperes, aunque puede ser que sí, o que no, será una decisión totalmente personal y deberé decidir si me compensa o no.
¿Ha sentido este año especialmente el ‘vamos, Rafa’ de París? Porque no siempre fue así…
Yo creo que el público se porta de una manera inmejorable conmigo desde hace muchísimos años. Este año quizá ha sido un poco más especial, pero supongo que viene dado porque hace años que la gente no podía venir al estadio y hemos pasado una época supercomplicada por la COVID. Era la primera vez que se podía llenar esta pista nueva, que es espectacular.
Hace un año, Djokovic parecía el favorito para ganar en la carrera por los Grand Slams y ahora lo es usted. ¿Qué opina?
Todo puede pasar, ¿no? Si lo que hace un año parecía ahora no es, lo que ahora parece puede que dentro de un año no lo sea también… Es evidente que Novak es el que está en una situación más clara porque tiene el nivel que tiene y no tiene problemas físicos, y Roger es quien es, así que siempre hay que esperar algo especial de él, aunque todos sabemos lo difícil que es volver y más con 40 años. Veremos lo que pasa. Yo no me lo planteo mucho. No me preocupaba cuando estábamos empatados o iba por debajo, así que tampoco me preocupo ahora que estoy dos por arriba. Lo único que me preocupa es el poder seguir teniendo la oportunidad de seguir compitiendo.
Con los resultados tan buenos que ha obtenido aun estando mal físicamente, ¿siente el gusanillo de forzar para seguir ganando?
Sentirse competitivo supone energía, eso es una realidad. Si teniendo todo lo que tengo no me sintiera competitivo, otro gallo cantaría, pero me siento competitivo y vamos a buscar soluciones.