El misterio Nadal
«Hablaremos después del torneo y lo entenderéis todo. Aquí vamos a dar el máximo y no sé lo que puede pasar después. Veremos cómo queda esto de aquí abajo (el pie izquierdo). Ahora no es momento de dar explicaciones, pero las hay y cuando acabe el torneo las diré». Esta frase enigmática la dejó caer Rafa Nadal en la rueda de prensa que ofreció minutos después de vencer a Novak Djokovic en los cuartos de final de Roland Garros (6-2, 4-6, 6-2 y 7-6 (4) en 4h12) y clasificarse para las semifinales, en las que se enfrentará el viernes, el día de su 36º cumpleaños, a Alexander Zverev.
Fue una nueva insinuación que alimenta el misterio sobre el futuro del balear. Tras superar los octavos, dijo que el encuentro ante el serbio podía ser «el último» de su carrera en el Slam francés y que quería «jugarlo de día». Así disparó las especulaciones sobre una posible retirada, aunque también quisiera presionar a los organizadores del torneo para que no programaran el choque en la sesión nocturna. No sirvió de nada, porque al final, los dos astros compitieron de noche. En la pista, Nadal contestó de manera ambigua cuando Marion Bartoli le pidió que volviera a la tierra batida de París: «Nos vemos en dos días, es todo lo que puedo decir».
Rafa no oculta que juega, desde la explosión de su carrera (2005), con una lesión crónica en el pie izquierdo que le atormenta, el síndrome de Müller-Weiss, una displasia (presencia de células anormales en un tejido u órgano) del escafoides tarsiano. Esta dolencia no tiene solución quirúrgica, por lo que no se puede curar por completo con una operación. Existe una intervención paliativa para que el paciente pueda andar, pero le impide correr, por lo que no se aplica a deportistas que quieren seguir con su actividad. «De momento no encontramos una mejora o una pequeña solución y así se me hace muy difícil. Seguiremos luchando para encontrarla», advierte el manacorí.
El plan de Cotorro
¿Cómo es posible que Nadal pueda competir al máximo nivel, como hace estos días? Esa es la incógnita que él mismo despejará cuando termine el campeonato. Está con él en París el doctor de la Federación Española de Tenis, Ángel Ruiz Cotorro, su médico, que supervisa el tratamiento. El fisio, Rafael Maymó, colabora en la recuperación diaria. Una posibilidad es que reciba anestesia en la zona afectada. Eso conlleva un efecto perjudicial de desgaste, porque se engaña al cuerpo. A pesar de todo, está a dos pasos de ser campeón de Roland Garros por 14ª vez.