«Un pequeño Cristiano»

El 25 de enero, Ansu Fati y sus personas de confianza se sentaron en una mesa con Xavi Hernández, entrenador del Barça, y el jefe de los servicios médicos del club azulgrana, el doctor Pruna. Ansu se había lesionado de gravedad en San Mamés unos días antes en los octavos de final de Copa ante el Athletic. Nada menos que una rotura en el tendón proximal del bíceps del muslo izquierdo. Xavi recomendó al futbolista que fuese a Finlandia y se operase con el doctor Lasse Lempeinen, pero Ansu tenía otros planes. El delantero optó por un tratamiento conservador bajo las pautas del doctor José Carlos Noronha, que trabaja con la Federación portuguesa, y a quien le acercó Jorge Mendes; y Joaquín Juan, afamado fisioterapeuta que empezó cuidando de Pau Gasol y que, del mundo del baloncesto, saltó al fútbol y ha llevado estos años a Cristiano.

De vez en cuando, y aunque su operación en el menisco izquierdo interior, que se rompió en noviembre de 2020, no terminó de ser exitosa, Ansu aún consulta también al doctor Cugat, a quien une una buena relación con su entorno más próximo.

Ansu vuelve a la Selección 19 meses después. Debutó cuando no era ni mayor de edad y al segundo partido, sin público en Valdebebas por la pandemia contra Ucrania, ya demostró que tenía estrella. Mejor que nadie lo sabe eso Luis Enrique, que lo controla desde sus inicios en el Barça y cree que puede darle algo distinto a la Selección.

Para Ansu, jugar el Mundial se ha convertido en una obsesión. De él dicen quienes le conocen que, en cuestiones de dedicación, “es un pequeño Cristiano Ronaldo”. Metódico con sus hábitos de trabajo y de alimentación, ha aumentado también en los últimos tiempos el trabajo de gimnasio como un escudo de prevención contra las lesiones.

A Ansu, trabajar en Madrid no se le hace extraño. Después de romperse contra el Celta en noviembre, pasó un mes en la capital recuperándose. Luego, después de recaer contra el Athletic, regresó con su hermano Braima para estar cerca de Joaquín Juan y su gente de confianza. Aunque hubo cierto runrún sobre él, y desde el Barça se deslizó que se equivocaba por no pasar por el quirófano, volvió el 1 de mayo contra el Mallorca. Lo ha hecho a ratos, porque Xavi, sabiendo que su caso es delicado, no ha querido forzarle. Le marcó un gol al Betis y llega a la concentración después de haber hecho un tanto en el amistoso que el Barça jugó en Sidney el pasado miércoles ante estrellas de la liga australiana.

Luis Enrique ya ha advertido de que no correrá ningún riesgo con el delantero de Bissau y que si juega será a ratos. Su objetivo es que esté metido en la dinámica del equipo por si este verano consolida la recuperación y empieza como un tiro el curso 2022-23. Eso le abriría las puertas del Mundial de Qatar. Para el delantero, es una ilusión y también una obsesión. Demostrarse que ya está en condiciones de mostrarse al mundo en la cita más grande.

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