Estrella Alcaraz

Decenas de personas miran desde los descansillos de las escaleras de la Philippe Chatrier a la pista 5, llena de aficionados. En la puerta, se agolpan más a la espera de una oportunidad para entrar. La causa de tanta expectación, al nivel de la que despierta siempre Rafa Nadal, es el entrenamiento de Carlos Alcaraz, la sensación del tenis mundial, que comparte la sesión con el polaco Hubert Hurkacz bajo un sol de justicia. Al final del ensayo, con un divertido partidillo y en un ambiente de bromas y buen humor, el chico firma autógrafos, se hace fotos y regala muñequeras y pelotas antes de salir escoltado por guardias entre una multitud y aclamado por los fans: «Carlos, Carlos, Carlos…».

El estatus que experimenta por primera vez en Roland Garros el murciano de 19 años es el de una estrella. Tiene mucho que ver en ello, además de su excelente temporada (28-3, 16-1 sobre tierra y cuatro títulos), la portada y el reportaje con enviados especiales a El Palmar que le dedicó en su edición del viernes L’Équipe, con el título ‘Hambre de ocre’, en referencia al color de la arcilla. Ayer publicó un artículo en el que el extenista Mats Wilander dice que ha tomado «lo mejor del Big Three (Nadal, Federer y Djokovic)». El rotativo parisino le considera «uno de los principales favoritos». «Que crean que puedo ganar en París me motiva y más que presión es un estímulo para darlo todo», dijo hace unos días Carlos en Cartagena, donde fue premiado como Mejor Deportista de la Región de Murcia. Para acercarse a tamaño objetivo tendrá que empezar por ganar este domingo en el arranque del major francés (sobre las 18:00, Eurosport) a Juan Ignacio Londero, argentino de 28 años y 141º del mundo, que tuvo que jugar la previa tres años después de alcanzar en el Bosque de Bolonia los octavos, ronda en la que fue apeado por Nadal.

Un ídolo protegido

El hecho de que Alcaraz sea el protagonista del partido del día en el último turno de la central es otra prueba de la consideración con que le trata el torneo. Su equipo le ha blindado en la previa. No participó en el día de medios. Está concentrado y los compañeros disfrutan compartiendo la preparación con él. Novak Djokovic, número uno del mundo al que venció en el Mutua Madrid Open, se entrenó con Alcaraz el viernes. Es su potencial rival en semifinales si Nadal, u otro antes, no lo impiden. Charly, al que acompañan su entrenador, Juan Carlos Ferrero, su fisio, Juanjo Moreno, y su agente, Albert Molina, se aloja en el mismo hotel que el balear, el que le ha dado casi siempre suerte a Rafa, tanta como para ser 13 veces campeón.

Alcaraz inicia con aura de ídolo su tercer Roland Garros, séptimo Grand Slam para él. En 2020 perdió en primera ronda ante el australiano Vukic; el año pasado jugó la qualy y cayó en tercera ante el alemán Struff. Un curso después es favorito y su evolución es sideral. «No imaginaba que sería el tercero del año (en la carrera) a estas alturas». Con eso lo dice todo.

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