Un partido dentro, otro fuera
Valencia y Celta juegan un partido tan desangelado como crispado, en una tarde de fútbol tan anodina como reivindicativa (sigue el partido en directo en AS.com). El único aliciente deportivo lo tiene Iago Aspas, que quiere superar la cifra de goles de Raúl De Tomás y acabar la temporada otra vez como máximo goleador nacional, igualando así a David Villa que también lo fue durante cuatro años como aspira a serlo el de Moaña. Luego están las despedidas ya sabidas, como las de Cheryshev, Denis Suárez o Nolito, y el morbo de los semblantes de los candidatos a irse, con las miradas puestas en Carlos Soler y Gayà. También en Guedes, aunque en menor medida por el simbolismo de los canteranos.
El partido de los goles y gestos se juega en el césped; el del sentimiento, fuera de Mestalla. Valencia lleva toda la semana preparándose para lo que los organizadores confían que sea el particular ‘Mayo blanquinegro’. Los audios de Anil Murthy solo han hecho que meter leña al fuego de las protestas. Varias plataformas han convocado una manifestación en la puerta del estadio y lo que se busca en una imagen impactante a nivel internacional, la de un Mestalla vacío mientras juega el equipo pero con miles de aficionados fuera protestando contra Lim.
Murthy estará con un oído puesto en lo que le digan desde fuera y con los ojos en lo que pase en el césped. En una economía de guerra como la del Valencia -Bordalás apuntó ayer que le han dicho que hay que vender futbolistas por «65 o 70 millones de euros»-, no es lo mismo quedar 9° y cobrar por ello 10,8 millones que ser 11° y quedarse con 9 millones. La culpa del 1,8 de más o menos la tienen los tres puntos de hoy y de lo que haga Osasuna ante el Mallorca. Y lo mismo le pasa al Celta, que como el Valencia llega a la última jornada en esa horquilla de puestos.
Clasificación