Nadal engrasa la máquina

Cuando los rescoldos de la victoria de victoria de Carlos Alcaraz en el Mutua Madrid Open aún no se han apagado, ausente del Foro Itálico el nuevo fenómeno por problemas físicos, los focos en Roma apuntan a Rafa Nadal. Al amo y señor del torneo. El tenista con más victorias (68) y más títulos (10) en la seca tierra italiana donde el calor aprieta estos días como si fuese Manacor. El balear debuta este miércoles (segundo turno de la Central, hacia las 12:30 por Movistar Deportes) contra John Isner.

El gigante estadounidense (2,08 metros), un tenista que no da ritmo y que derrotó ayer al argentino Francisco Cerúndolo por 6-4 y 6-3, será otra parada más en el camino de Nadal para recuperar el excelente tono de inicio de año, con títulos en el ATP 250 de Melbourne, el Abierto de Australia y Acapulco y la final de Indian Wells, que perdió contra Taylor Fritz después de sufrir una lesión costal en la semifinal frente a Alcaraz que le dejó en el dique seco hasta Madrid, donde claudicó frente al murciano en cuartos.

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«No tengo la forma de principios de año porque he estado seis semanas sin tocar una raqueta», recordó el español. «Mi cuerpo es como una vieja máquina, para volver a engrasarla se necesita tiempo. No es lo mismo cuando tienes 19 años que con 36 (los cumplirá el 3 de junio en pleno Roland Garros). Necesito volver a confiar en mi cuerpo, a sentirme cómodo. Necesito algo de tiempo», advertía Rafa ante los medios en la previa del torneo. Si no llega a cuartos de final, perderá el número cuatro del ranking, que pasará a manos de Stefanos Tsitsipas. Pero caer antes de esa ronda también supondría llegar con interrogantes abiertos a Roland Garros, desde el día 22, donde tiene fijado su principal objetivo después de que Novak Djokovic ganara el título el año pasado.

«En términos generales, Madrid no fue una semana negativa (ganó a Mimoir Kecmanovic y a David Goffin), aunque el torneo sea el más difícil para mí por la altitud», explicó el campeón de 21 grandes, que en Roma, a nivel de mar, se encuentra más cómodo. El veterano Isner (37 años y 27º del ranking), un sacador, no es propicio al peloteo para coger el ritmo que busca el campeón, pero Nadal domina el cara a cara por 7-1 (derrota en la Laver Cup de 2017).

El sorteo quiso que tanto Nadal como Djokovic quedasen emparejados por el mismo lado del cuadro, por lo que deberían enfrentarse en semifinales.

«He vuelto a pasar por un periodo de tiempo complicado», explicó Nadal sobre el parón que ha tenido que realizar por la lesión y que le llevó a calificar como una ‘pretemporada’ su paso por la Caja Mágica, donde llegó «justito».

«No ha sido fácil, pero estoy tratando de darme la oportunidad de jugar bien en Roma y, por supuesto, de estar listo para Roland Garros. Ahora, no juego por otra cosa que no sea mi felicidad. A mi edad, he realizado el que probablemente sea el mejor inicio de temporada de mi carrera. No sería justo quejarme», dice Nadal, que espera encontrar en el Foro Itálico el aceite que deje lista la máquina para París.

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