Guedes: «Bordalás me ha liberado»

Cuando llegó al Valencia se le comparaba con el Piojo López, no sé si sabe la que lio en La Cartuja en una final de Copa…

Me han hablado mucho del Piojo, sé lo importante que fue como jugador, he visto imágenes, pero no vi esa final… tenía 3 años (ríe).

Cuéntenos su historia con el fútbol.

Empecé jugando en mi pueblo (Benavente) con mi hermano. Mi padre organizó allí un torneo en el que participaban equipos buenos como el Benfica. Entonces hablaron con mi padre para que fuera a entrenar. Cuando llegué a la academia del Benfica lo hice bien y quisieron que me quedara. Tenía seis años y en Benfica crecí y pasé mi formación.

¿En qué momento se da cuenta que el fútbol podía ser su profesión?

Todo muy rápido. No tenía la noción para entender muchas cosas. A los 16 años empecé a entrenar con el equipo B, el filial, y alguna vez lo hacía también con el equipo principal. Me metieron en un grupo de élite para hacer gimnasio. En ese instante ya me era más complicado seguir en el colegio, porque iba por la mañana a entrenar y por la tarde al gimnasio. Ahí tuve que tomar la decisión de dejar las clases y darlo todo por el fútbol. Lo hablé con mis padres, les dije que si en unos años no conseguía ser jugador, volvería a estudiar. Llegar a ser futbolista no es fácil y tenía que tener un plan B.

Dice que formó parte de un grupo de élite…

Sí, éramos cuatro o cinco jugadores jóvenes, teníamos menos cuerpo. Así que nos podían todas las tardes al gimnasio con el equipo principal para ganar fuerza y masa muscular. Éramos niños y querían prepararnos para aguantar el futbol profesional.

El talento iba de serie.

La verdad es que no se me daba mal con el balón (ríe). Pero el talento no lo es todo. Hay que trabajar y aprovechar cada oportunidad. Evidentemente el talento ayuda a que se fijen en ti.

Benfica, PSG, Valencia, 40 millones…

Fue todo rápido. A la edad que yo tenía cuesta asimilar cosas. Estuve dos años en el Benfica y cuando menos lo esperaba, en el mercado de enero, me fui a Paris. Me resultó muy difícil adaptarme. Lo pasé mal por el idioma. Pero de repente apareció el Valencia, aquí me sentí muy bien, me adapté mejor, hice buen grupo con los compañeros, con la ciudad. Me tocó volver a Paris dos o tres meses, sabía que el Valencia me quería, era cuestión de esperar a que llegaran a un acuerdo. Pienso en todo eso y me doy cuenta que antes era un niño muy niño, ahora ya tengo experiencia.

¿Se siente un líder?

No soy un líder, solo soy un jugador que intenta aportar todo al equipo y a los compañeros. Yo siempre intento ayudar y dar lo máximo. Solo quiero mostrar que estoy bien, que presiono, que juego, que lo doy todo y eso ayuda a que los compañeros y la gente quieran estar conmigo.

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Todos los analistas le ven como el hombre clave de la final para el Valencia, ¿presión?

Ninguna. Yo hago mi trabajo, como siempre. En el fútbol hay momentos buenos y malos. Ahora estoy en uno bueno y hay que aprovecharlo. Hay que estar en un gran nivel para ganar la final.

Es su año más goleador, ¿qué ha cambiado?

La posición importa, claro. Ahora estoy más dentro del área, antes jugaba más por la banda, ahora por el medio. Y una cosa que hacía poco y ahora estoy haciendo mucho más es llegar a pisar el área, estoy cerca de la portería. Cuando estas lejos… es difícil hacer gol, pero si estas cerca, pues más fácil.

¿Es Bordalás el entrenador que más le ha liberado?

En temas de posición sí, porque puedo estar donde quiera. Por la derecha, por la izquierda. Me siento muy cómodo. Sí es el entrenador que más me ha liberado en ese sentido. Para mi es bueno.

El primer día que se incorporó a los entrenamientos, desde detrás de la valla, se escuchaba gritar a Bordalas: «Gonçalo, acaba jugada».

Sí. Desde el primer día Bordalás me ha pedido rematar más. Yo también tenía en la cabeza eso, definir más. Ahora busco más la portería que antes, tengo más confianza en el remate. Me están saliendo bien las cosas.

¿Qué partido espera?

Pues muy difícil. Conozco bien el Betis. Hablo mucho con Carvalho, que está haciendo una temporada magnífica. Todo el Betis lo está haciendo bien. Saben presionar, jugar arriba, manejan bien las fases del partido, pero como todos tienen puntos flacos y hay que aprovecharlos.

¿El favorito es el Betis?

En una final no lo hay. Si miras la clasificación de Liga, ellos están por delante. Pero esto es otro torneo y una final.

¿De qué les sirve la experiencia de la final de 2019?

De eso, de experiencia. Sabemos a qué nos enfrentamos. Pero también te digo que en una final los dos equipos van a estar enchufados, porque si fuera solo por experiencia, en 2019 no habríamos ganado.

¿Tiene la espina de hacer gol en la final?

Muchos compañeros me recuerdan las dos ocasiones que tuve al final, me dicen que haber si esta vez las marco (ríe). La verdad es que pude hacer dos goles, no debería haberlos fallado entonces, pero eso ya es pasado, espero hacerlos ahora.

¿Influye el resultado de esta final en su futuro?

Creo que no. No pienso en mi futuro. Estoy haciendo mis golitos, ayudando al equipo, me siento bien, no estoy sufriendo lesiones. Solo quiero ayudar al Valencia.

Ya se verá qué pasa entonces en verano…

Sí. No sé qué pasara. Lo que pase, pasará. Yo estoy con la cabeza completamente en Valencia.

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