Este sí es Carlos Sainz
Con seis adelantamientos en un esprint de 21 vueltas y una remontada epiléptica del 10º al 4º, segunda fila de la parrilla, Carlos fue Sainz y arregló de un plumazo el fin de semana del GP de Emilia Romaña para aspirar a todo, otra vez, en la carrera de este domingo. Sale desde la segunda fila por detrás de Verstappen, Leclerc y Pérez; Red Bull y Ferrari intercalados, y la batalla se plantea interesante viendo cómo terminó el sábado: ‘Mad Max’ salió mal y fue superado por Charles, pero en la penúltima vuelta se la devolvió con DRS en Tamburello, una pasada que no admitía respuesta por culpa de los problemas de ‘graining’ que sufrió el coche del líder. El ‘F1 Sprint’ de Ímola tuvo ingredientes para considerarse apoteósico, con una lucha en cabeza preciosa que se hizo demasiado corta. Lo mejor de todo: en unas horas continuará.
Sainz salía décimo tras el accidente en la Q2 del viernes, pero se quitó de encima a Vettel y Bottas en la arrancada. Entonces hubo un accidente entre Zhou y Gasly con doble abandono y coche de seguridad que reagrupó el pelotón. Tras la resalida, aún sin DRS, Carlos peleó con Fernando y le adelantó en la primera frenada. Luego Magnussen no fue un problema para un Ferrari tan poderoso y en plena disputa con Ricciardo. Desde ahí, a por los McLaren: el australiano fue más duro, sobre todo porque el ‘porpoising’ parecía descontrolado en plena recta de Ímola, más aún con el DRS abierto, pero le superó a siete vueltas del final.
Comenzó entonces una persecución sobre Lando Norris, que había abierto un hueco sobre el grupo, pero al español le sobró una vuelta para consolidar el cuarto: cinco puntos y segunda fila. Y aquí no ha pasado nada. Delante, Verstappen cazó a Leclerc y un buen Checo, del séptimo al tercero, cerró el minipodio.
Lástima que la carrera de Alonso fuera hacia atrás, con un pequeño problema antes de la vuelta de formación y un incidente en la salida que habrá que estudiar en el garaje porque le hizo ceder dos puestos y meterse en una pelea que no debía ser la suya. Del quinto, le dejó sin puntos Bottas y no pudo con Magnussen, que escogió el neumático medio para la carrera corta y se encontró sin ritmo frente a un pelotón con la blanda. El esprint invitaba a eso, a un todo o nada que solo se justificaba con el compuesto rojo de Pirelli. Fue divertido, hubo peleas y un adelantamiento decisivo por el triunfo a dos vueltas del final. Pero todo queda abierto en casa de los tifosi. Más que carrera corta, sabe a antipasto. Que alguien traiga ya la carne.