Todas las carreras de Fórmula 1 deberían ser como esta

La única pega, por buscar alguna, es que quizás el corazón del aficionado no está preparado para otra temporada de emociones hasta la última vuelta. El resto, todo son ventajas: Verstappen y Leclerc pelearon en Jeddah Corniche hasta la última vuelta, lideró el monegasco más de media carrera pero le cazó Mad Max, que en el intercambio de golpes siempre ha sido el más temible. Red Bull planeó una carrera al ataque y configuró el RB18 para volar en las rectas. Eso le dio la ventaja al neerlandés, que asedió al Ferrari hasta cinco vueltas del final, se pegó a su estela, no perdió el DRS y le tiró el coche. La primera vez, Charles se la devolvió. La segunda, ambos bloquearon (para ganar el DRS en la recta) y nada cambió. Para la tercera, estudiada y trabajada, Verstappen encerró a Leclerc y se escapó hacia la victoria. El Ferrari no se despegó, pero una bandera amarilla le impediría lanzar la última ofensiva.

Así que en ese orden cruzaron la meta, el campeón del mundo vuelve a ganar mientras el líder del Mundial amplía su ventaja. Porque Carlos Sainz fue tercero, a ocho segundos de la cabeza: cada vez más cerca, aunque sin ritmo para luchar por el triunfo frente a dos colosos en plenitud. Pérez partió desde la pole, pero la mala fortuna con un coche de seguridad le descolgó.

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Salida del GP de Arabia Saudí en Jeddah Corniche (F1 2022).
AFP7 vía Europa Press

Salida limpia y carrera tranquila

La arrancada fue limpia y la carrera también, no hubo banderas rojas en el circuito más peligroso del calendario. Checo no tuvo que preocuparse por Leclerc, que estaba más pendiente de Sainz al apagarse los semáforos. El primer Ferrari encerró en cierto modo al segundo por el exterior, porque Carlos había arrancado bien. Encajonado, le pasó Verstappen y cayó al cuarto puesto. Así avanzó el pelotón hacia el primer y único cambio de neumáticos.

Leclerc informó por radio de que podían intentar el undercut, como si esas cosas se avisaran, y Red Bull se tragó el farol: Pérez paró el primero, nadie más tras él. Fue entonces cuando Latifi, ironías del destino, estrelló su Williams contra el muro y forzó la aparición del coche de seguridad. Domingo arruinado para el ‘poleman’ mexicano y primera posición para Leclerc, que ya esperaba a Verstappen en la resalida. Red Bull recurrió entonces a la piratería: Checo pasó ilegalmente a Sainz durante el safety car, mientras el madrileño volvía de boxes, y no le devolvió la posición hasta que se relanzó la carrera. Así, Max no tuvo que mirar por el retrovisor en el único momento en el que habría debido hacerlo.

La persecución a partir de entonces fue para levantarse de la butaca. Verstappen recortó y recortó, abrió el DRS y tiró de repertorio. Fue peligroso cuando ambos bloquearon, porque ninguno quería pasar primero en la línea de detección que permite abrir el alerón trasero en la enorme recta. Pero la competición fue pura, lo resumió el perdedor, Leclerc: «No fue suficiente, pero disfruté mucho en esta carrera. Fue duro, pero limpio, y todas las carreras deberían ser como esta». Tiene razón. Lástima que Sainz fuera un mero espectador de esa bonita pelea, a pesar de su octavo podio en la F1. Llegará pronto, porque el piloto no ofrece dudas y este Ferrari, visto lo visto, es un candidato a todo en 2022.

El Alpine abandona al mejor Alonso

Por detrás, Russell fue quinto y Ocon sexto. El francés protagonizó al inicio un duelo tenso con Alonso que se llevó el asturiano. Fernando aspiró a ese sexto durante casi toda la carrera después de enfrentarse en el asfalto a Magnussen o Bottas y dar espectáculo, que es para lo que salen los veinte cada domingo. Pero su Alpine se rompió, todo apunta al motor, ese mensaje en la pantalla «engine kill» da más miedo que vergüenza. Lástima que el monoplaza no estuviera a la altura de la actuación del bicampeón español. Cero puntos en un gran fin de semana por su parte. Norris, Gasly, Magnussen y Hamilton completaron el top-10. La remontada de Sir Lewis no tuvo nada de espectacular porque retrasó tanto la parada en boxes que cuando por fin podía hacerlo, en pleno virtual safety car, cerraron el ‘pit lane’ para repatriar el McLaren de Ricciardo y el A522 de Fernando, ambos a la deriva. Falta de fiabilidad, falta de prestaciones, viejos problemas que algunos no resuelven. Menos mal que delante, al menos, la Fórmula 1 ha subido de nivel esta temporada.

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