¡La épica se apellida Nadal!

No hay quien le eche el guante a Rafa Nadal. Ni con un gancho. El balear alargó su marcha imparable en 2022 con otro triunfo impresionante (el 16º en otros tantos partidos, el mejor arranque de temporada de su carrera) ante Sebastian Korda, que sacó para ganar con 5-2 y perdió finalmente por 6-2, 1-6 y 7-6 (3) en 2h29 de emocionante encuentro. Ya había superado hace dos años sobre la tierra de Roland Garros al prometedor estadounidense de 21 años y 38º del mundo, pero esta vez sufrió lo indecible para poder con una versión excelsa del muchacho en un terreno menos favorable, la pista dura de Indian Wells. Un Masters 1.000 que el triple campeón este año (Melbourne, Open de Australia y Acapulco) ganó en 2007, 2009 y 2013. Volvía Nadal tras dos cursos de ausencia y va a por todas. Prueba de ello es el hecho de haber confirmado este mismo sábado que no jugará en Miami (23 de marzo al 3 de abril).

Tendrá que mejorar, pero su moral sale reforzada tras esta nueva gesta. Su siguiente rival, el lunes en tercera ronda, será el británico Daniel Evans, que pasó por encima del argentino Coria (6-2 y 6-0 en 67 minutos). «Fue uno de esos días en los que puedes ganar un partido así porque las cosas te han ido bien desde el principio del año. Lo siento por él, de verdad, quizá se mereció ganar más que yo, pero luché y lo superé. Así que estoy muy contento y trataré de ser mejor el próximo día», analizó el vencedor.

Rafa exhibió una nueva equipación muy comentada y vistosa (camiseta naranja y pantalón azul), que recuerda mucho al atuendo de un famoso personaje del anime japonés, Goku, protagonista de Bola de Dragón, un héroe poderoso que lanzaba ondas vitales con las que derribaba a sus enemigos. Y decía cosas que perfectamente podrían ponerse en boca del manacorí. «La vida nos tira a todos alguna vez. Cada cual decide si quedarse en el suelo, o levantarse y enfrentarla», por ejemplo. O esta otra: «Nunca te conformes con como eres ahora, supera tus límites». Korda sufrió en sus carnes la convicción del ganador de 21 Grand Slams en un inicio de partido que se le puso muy cuesta arriba en un abrir y cerrar de ojos (4-0).

A partir de ahí, Nadal se humanizó y el americano le perdió un poco el respeto, aunque no lo suficiente para salvar la primera manga. Ese impulso sí le sirvió para abrir la segunda con un break (3-0) y soñar con dar la campanada. Lo hizo, además, con una facilidad inusitada, a fuerza de valentía y grandes restos, mostrando lo que es capaz de hacer si se suelta. A Rafa le tocó intentar ponerse las pilas y animarse con su registrado ¡vamos! y buenos servicios, como los que había ejecutado en el arranque del duelo. Aun así sufrió mucho por la profundidad de las respuestas de su rival, que le quitaba tiempo para hacer el segundo tiro, y no pudo evitar la igualada en el marcador en su peor set del curso.

Otro milagro

Korda no dio su brazo a torcer e inició con decisión el tercer parcial. Nadal se defendió bien e intentó inquietarle al resto. Sin embargo, su oponente no bajó la guardia y atacó sin descanso hasta que encontró un break y luego otro en un juego muy desafortunado de Rafa (5-2), que no logró hacer funcionar su drive y cometió bastantes errores no forzados (24, ocho de doble falta). Con todo y con eso, obró el milagro, un nuevo sorpasso. Llegó al 5-5 con golpes increíbles y la misma determinación que le hizo campeón en Australia cuando le remontó dos sets a Medvedev. El choque llegó a la repanocha, un tie-break. Días antes habían jugado uno durante un partidillo de entrenamiento. Entonces ganó el manacorí. La historia se repitió, pese a que el titán estaba extenuado. ¿Increíble? No, Nadal.

Resultados del Masters 1.000 de Indian Wells.

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