Dembélé es la llave para sacar al Barça del gran problema

Cerrado el acuerdo con el Manchester City para incorporar a Ferran Torres a la plantilla del Barcelona, la siguiente prueba que tiene que resolver el Barcelona es la de inscribir al delantero cumpliendo las normas del Fair Play financiero que impone LaLiga. La opción más clara es la de renovar a Ousmane Dembélé a la baja para liberar masa salarial, pero de momento a falta de 48 horas para que el francés sea libre de negociar con cualquier equipo la situación está estancada. Para complicar más la situación, el club blaugrana confirmó ayer miércoles que el francés es positivo por COVID.

El contrato que en su día le firmó Josep Maria Bartomeu a Dembélé era, como tantos otros que se hicieron, ascendente. Eso significa que en esta última temporada el salario del jugador francés supera los 20 millones brutos, lo que es inasumible para la entidad catalana, que le ha propuesto un nuevo acuerdo que rebaja sus ingresos a la mitad. Si Dembélé aceptara la propuesta liberaría masa salarial para inscribir a Ferran Torres, que ha ajustado al máximo su salario para poder jugar de blaugrana.

Las conversaciones entre el club y el delantero francés empezaron con buena sintonía, pero en la recta final de la negociación se han congelado. El Barça está en manos del francés y su agente lo sabe y cree que si hay dinero para pagar al City, también lo debe haber para aumentar la oferta por Ousmane.

El francés juega también con la amenaza de las ofertas de la Premier que supuestamente tiene en las que se le mejora el sueldo que le ofrece el Barça a lo que se suma el hecho de que el 30 de junio podría irse gratis, con la prima de fichaje correspondiente.

Desde el club catalán no se han escatimado elogios para Dembélé. Laporta ha llegado a declarar que el todavía blaugrana es “mejor que Mbappé” y Xavi en su presentación afirmó que el jugador “podría llegar a ser por aptitudes el mejor del mundo en su puesto”.

A sus 24 años y después de cuatro temporadas en el Barça, Dembélé sigue siendo un jugador que vive de las expectativas de su innegable talento. Las lesiones han afectado a su rendimiento, pero también está claro que no ha rendido al nivel que se le supone a un jugador que es el segundo fichaje más caro de la historia del club barcelonista, que pagó 105 millones más 40 en variables al Borussia de Dortmund.

El Barça ha acabado metido en un laberinto que, si no aparece una oferta por Umtiti o Coutinho (que junto al francés ocupan el podio de los salarios más altos del vestuario) depende de Ousmane. Un tipo tan impredecible en el campo como fuera de él como lo prueba el hecho de que se casara por sorpresa aprovechando el parón navideño y regresara a los entrenamientos dando positivo por COVID.

El club, que en su día se puso firme en que necesitaba una respuesta a la oferta de renovación antes de pasado mañana sabe que ahora, especialmente tras la contratación de Torres, es el francés el que vuelve a tener la sartén por el mango.

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