Esto se ha ido de las manos

Nunca un Mundial llegó igualado a la 22ª carrera de la temporada, sencillamente porque nunca hubo tantas carreras en un mismo año en el pasado, así que la rivalidad entre Verstappen y Hamilton en 2021 bien puede denominarse la más apretada de la historia y una de las más apasionantes de siempre, a la altura de Senna y Prost. El intercambio de golpes en Arabia Saudí y la versión más ‘pasada de la raya’ de Max no evitó que Lewis lograra en Yeda una tercera victoria consecutiva que equilibra la clasificación, ambos suman 369,5 puntos, si bien Max se impone en caso de empate porque suma nueve triunfos (esto incluye Bélgica) por los ocho del inglés.

Jeddah Corniche fue el escenario de una verdadera reyerta: Max adelantó por fuera de la pista a Lewis primero y se defendió después obviando los límites de la curva dos. Le devolvió hasta tres veces la posición al Mercedes durante la carrera, más otro amago que le costó 10 segundos de sanción porque los jueces entendieron que frenó en una recta (pisó el pedal con 69 bares de presión y deceleró 2,4 G) y eso provocó una leve colisión con Hamilton. Aunque Sir Lewis se hizo el sueco, porque sabía que Verstappen le quería ceder la posición justo antes de la zona de DRS, y prefirió esperar a un momento más oportuno, lo que debió calentar aún más al neerlandés.

La lista de incidentes previos, sucesos, escaramuzas y reproches varios es larga esta temporada: los límites de pista dieron el triunfo a Hamilton en Bahréin a pesar de un adelantamiento de Max; en Ímola el Red Bull adelantó con cierta dureza al Mercedes en la primera curva; en Gran Bretaña colisionaron, Max se quedó fuera, se culpó «predominantemente» a Lewis pero el inglés ganó en casa y recortó de golpe 26 puntos a su rival cuando más desequilibrada parecía la balanza. Y dos semanas después, en Hungría, fue Bottas quien sacó de la pista a Verstappen en una maniobra aparentemente inocente, pero decisiva para el campeonato. Porque aunque pesa la impresión de que el holandés ha sido más sucio en esta campaña, el británico ha sacado más rédito del barro.

El clímax llegó en Monza cuando Mad Max aparcó su RB16B encima del Mercedes en la primera variante con un segundo accidente que causó un doble abandono. Y la tensión se recrudeció en Brasil después de una penalización en parrilla a Hamilton que derivó en remontada desbocada y defensa al límite de Verstappen, muy protestada por el equipo de Brackley a pesar de que los comisarios nunca llegaron a investigarla como tal. Todo salta por los aires, una vez más, con la sucesión de desplantes al reglamento de Max en Yeda. La causa deportiva está detrás de la marrullería: el Mercedes de Hamilton acaba el año con un nivel de prestaciones superior al Red Bull, y Verstappen hace todo lo que está en su mano para defenderse.

Un desenlace inigualable

El GP de Abu Dhabi, este domingo, decidirá un Mundial que mereció dos campeones. Verstappen fue superior a lo largo del año, de hecho ha liderado 651 vueltas en comparación con las 246 de Hamilton. Max ganó en Ímola, Mónaco, Francia, Estiria, Austria, Bélgica, Países Bajos, Estados Unidos y México, y ha sido primero o segundo en todas las carreras que ha terminado sin incidentes. Hamilton, por su parte, venció en Bahréin, Portugal, España, Gran Bretaña, Rusia, Brasil, Qatar y Arabia Saudí. No hay un claro favorito en Yas Marina: en 2020 ganó el de Red Bull, aunque fuera un año dominado por Mercedes, y no debería ser un mal circuito para ninguno. Pero han modificado varias curvas del trazado, que ahora es más rápido y ofrece más oportunidades de adelantamiento. Quien termine delante, en los puntos, habrá ganado el Mundial. Un detalle que no es irrelevante: si hay accidente y doble abandono, vence Max. Voces imparciales y más que autorizadas del paddock lo ven inevitable horas después de lo sucedido en Jeddah Corniche. El propio Hamilton aireó esa tesis: «Tengo que conseguir acabar las carreras porque vistas las circunstancias, no va a ser fácil. Esta vez pude traer el coche de una pieza».

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