El liderato pasa por Praga
«Hay espacio para todos, sobre todo si hay alegrías», reconocía ayer Luis Enrique en la habitual rueda de prensa previa a los partidos de la Selección. El técnico respondía así a la pregunta de si entendería que el República Checa-España de la Nations League pasara a un segundo plano en caso de que Nadal ganase Roland Garros (sigue el partido en directo en AS.com). Le faltó decir que con Nadal todo queda en segundo plano, pero la suya fue una respuesta elegante aderezada con un «qué problemón» en caso de doble alegría. Eso es lo que queremos, una victoria con la que el gigante Rafa dé aún más sombra a la Torre Eiffel y otra con la que la Selección olvide el pinchazo del jueves ante Portugal y gane velocidad de crucero rumbo al Mundial.
El gol de Ricardo Horta en las postrimerías del partido de Sevilla nos obliga a ver el duelo de esta tarde con otras gafas. No se puede hablar de urgencias, pues se trata solo del segundo partido de grupo, pero nos medimos con el líder, esa República Checa que en el estreno derrotó a Suiza por 2-1 en el mismo escenario que hoy visita La Roja, el estadio Sinobo de Praga.
Se esperan novedades, algo lógico teniendo en cuenta los cuatro partidos de este parón de selecciones y el kilometraje que los futbolistas llevan en sus botas. Alguno de ellos, como Carvajal, apunta al once titular tras el descanso frente a Portugal, cuando fue Azpilicueta quien ocupó el lateral derecho; en el otro costado podría salir de inicio Marcos Alonso, que pisa fuerte en la actual Selección tras su gran temporada en el Chelsea. Y así podríamos seguir, línea por línea, como la opción de Raúl de Tomás en lugar de Morata, pues la rotación es un secreto a voces que viene a confirmar eso que Luis Enrique reitera en cada comparecencia de prensa: que en esta Selección no hay titulares fijos, que todos los jugadores cuentan con las mismas oportunidades.
En la otra acera, mientras, no se adivinan tantos cambios. Hay alguna baja segura, como la de Krejcí, lesionado y cuyo puesto en el centro de la defensa ha sido cubierto por Kudela, pero poco más. Jaroslav Silhavy tiene claro que hay que confiar en el bloque que tumbó a Suiza el pasado jueves, por más que fuera la selección helvética la que disfrutara de las mejores ocasiones. Pero los goles de Kucht y de Sow, en propia puerta, dieron a los locales tres puntos que saben a oro.
El seleccionador checo revuelve las piezas del puzle para tratar de crear dudas en el rival, pero de poco sirve si habla de alternativas entre un 5-4-1, un 4-3-3 o un 4-4-2. Lo único claro, o al menos lo que él confiesa en esas vísperas de partido en las que cada técnico trata de confundir al rival, es que pretende jugar de tú a tú a La Roja: «Queremos quitarle el balón a España».
En ese tira y afloja por la pelota podría ser protagonista Koke, que apunta a la titularidad en detrimento de Soler. Mientras, habrá que ver si Gavi se ha recuperado del golpe en el gemelo sufrido ante Portugal. El sevillano se erigió en la estrella ofensiva de La Roja y ayer acaparó incluso los elogios del seleccionador checo. A sus 17 años (los 18 le caen en breve, el 5 de agosto) ha conseguido el más difícil todavía, ser protagonista en el Barça y en la Selección. Quien sí estará seguro a disposición de Luis Enrique es Eric Garcia una vez superada una amigdalitis.
Tanto él como quien ejerza de central deberá tener mil ojos en Kuchta, que hará de nueve, o en Hlozek, que a priori debería buscar petróleo por la izquierda. Eso sin olvidar a Soucek, acostumbrado a llegar en segunda línea sin tocar la campanita. Es decir, sin avisar. Ingredientes todos ellos a los que España, que suma cinco partidos sin derrota (desde la final de la Nations League ante Francia), debe hacer frente para enderezar el rumbo. Conviene hacerlo cuanto antes.