Dembélé, semiadiós en Sidney: el lunes tampoco hubo acuerdo
Ousmane Dembélé pudo jugar este miércoles su último partido como jugador del Barça. Como si fuera una metáfora de su futuro, lo hizo lo más lejos posible, en las Antípodas. El francés se intentó despedir con cierta dignididad, con un gol y espíritu participativo en Sidney. Un adiós lejano en el otoño austral.
Cinco temporadas después, da la sensación de que, ahora sí, este es el final de Dembélé en el Barça. El segundo traspaso más caro de la historia del club azulgrana (105 millones más 40 en variables) ha estado lastrado por las lesiones más de tres años. Sólo en el último curso y medio, especialmente desde enero hasta aquí, ha podido demostrar el futbolista que lleva dentro. Con sus imperfecciones, ha dado 13 asistencias pese a no jugar los 14 primeros partidos del curso, y ha demostrado que, sin lesiones, puede ser un jugador aprovechable por más que su toma de decisiones no sea en ocasiones la mejor. A Xavi le gusta su desequilibrio. Lo dijo desde el primer día («bien llevado puede ser el mejor jugador del mundo en su posición»), pero en el club no tienen la misma opinión.
Seguramente, pues, al mejor Dembélé, ahora que apunta a su madurez haya que verlo lejos de Barcelona. El pasado lunes se produjo el último encuentro entre Moussa Sissoko, su representante, y Mateu Alemany, que está intentando sacarse el caso de encima cuanto antes. No hubo acuerdo, y es difícil pensar que las partes se vayan a poner de acuerdo. En el Barça sospechan desde hace meses que el extremo tiene firmado un contrato con el Paris Saint-Germain, pero la situación de inestabilidad también en el club parisino, del que puede saltar Leonardo, también creó dudas. En todo caso, Alemany y Sissoko ya no se han puesto fecha para una nueva reunión, sino tal vez para mantener un nuevo contacto… Eso permite pensar que las opciones de renovación son mínimas.