Los enfrentamientos obligan al primer ministro electo libio a salir de Trípoli

TRÍPOLI (Reuters) – La capital de Libia se vio sacudida por intensos enfrentamientos después de que el primer ministro nombrado por el Parlamento, Fathi Bashagha, intentara asumir el gobierno de la ciudad, ante lo que fue obligado a retroceder por una facción rival que se niega a ceder el poder.

Bashagha entró en Trípoli durante la madrugada mañana tras dos meses de estancamiento entre las administraciones rivales de Libia, pero se retiró horas más tarde mientras los combates sacudían la capital, dijo su oficina.

La crisis corre el riesgo de volver a sumir a Libia en prolongados combates tras dos años de relativa paz, o de devolverla a la partición entre el Gobierno de Bashagha, respaldado por el este del país, y un gobierno de Trípoli bajo el mando de Abdulhamid al-Dbeibah.

El estancamiento político ya ha provocado un bloqueo parcial de las instalaciones petrolíferas de Libia, reduciendo a la mitad su principal fuente de ingresos exteriores. La diplomacia para resolver la crisis o sentar las bases para unas nuevas elecciones avanza lentamente

El sonido de las armas pesadas y de los disparos de armas automáticas se extendió por toda la capital el martes por la mañana, mientras se cerraban escuelas y el tráfico, normalmente intenso en las horas punta, era escaso.

Los disparos esporádicos continuaron tras la marcha de Bashagha, pero remitieron avanzada la mañana.

«No creo que las cosas vuelvan a ser frías, estáticas y relajadas», dijo el experto en Libia Jalel Harchaoui, añadiendo que Dbeibah probablemente intentará ejercer más presión sobre las facciones de Trípoli aliadas de Bashagha.

Sin embargo, parecía poco probable una escalada más amplia, dijo, dada la rápida retirada de Bashagha de Trípoli tras el estallido de los combates.

En las zonas centrales, lejos de los enfrentamientos en el lado noreste de Trípoli, había pocos indicios de actividad militar, ya que el Gobierno de Dbeibah seguía teniendo el control aparente

Dado que ninguno de los dos bandos parece ser capaz de establecer una ventaja militar decisiva en todo el país, Libia parece abocada a un período más largo de estancamiento, con Dbeibah firmemente atrincherado en Trípoli y sus enemigos incapaces de tomarla.

Esto puede prolongar el cierre de las principales instalaciones petrolíferas por parte de las fuerzas del este de Libia vinculadas al comandante Jalifa Haftar, que respalda a Bashagha, o que los enfrentamientos se intensifiquen más allá de la capital

(Informes de Ahmed Elumami y Ayman al-Sahely en Trípoli; Ayman al-Warfali en Bengasi, Hani Amara en Estambul; Enas Alashray y Lilian Wagdy en El Cairo; redacción de Angus McDowall en Trípoli; edición de Nick Macfie, Robert Birsel; traducción de Darío Fernández)

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