Nadal: «Ya sabemos que lo que tengo no tiene solución…»
Bajo un sol abrasador y con mucho calor, Rafa Nadal acudió con un pelín de retraso para cumplir con la protocolaria sesión de fotografías que se le hacen a los campeones del Open de Australia el día después de la final. Sin haber podido dormir apenas y después de posar para los reporteros gráficos de los medios de comunicación sobre el césped impoluto de los jardines de la Government House, a las afueras de Melbourne, el balear atendió a AS y a L’Équipe en una charla distendida en la que reconoció que vio «difícil» continuar jugando «a un nivel competitivo».
¿En qué pensaba el 15 de noviembre, se imaginaba con el trofeo en Melbourne?
Qué va. Pensaba que a lo mejor era difícil volver a jugar. Porque estaba trabajando sin ver evoluciones positivas en el pie, con muchos días de frustraciones y momentos difíciles con el equipo. También conversaciones con mi familia sin ver un camino a seguir que fuera viable. Pero poquito a poco las cosas fueron a mejor, los tratamientos hicieron un poquito su efecto. Ya sabemos que lo que tengo no tiene solución, pero al menos había que intentar buscar algo que me permitiera poder jugar. Y estas tres semanas me han permitido hacerlo, algo que para mí es increíble.
¿Y en esos momentos, qué sentía: miedo, frustración, pena…?
Una mezcla de todo. Al final me gusta lo que hago, me apasiona el tenis, pero nunca he tenido miedo a la retirada, porque tengo una vida lo suficientemente feliz fuera de este deporte para que no sea un trauma cuando ocurra. Pero bueno, cuando uno tiene la ilusión de seguir y se esfuerza diariamente como he hecho durante todos estos meses, tiene la ilusión de volver y sentirse jugador, profesional y competitivo. Para mí, evidentemente, ganar el torneo ha sido increíble, pero creo que verme realmente competitivo y otra vez jugador de tenis profesional, ser capaz de entrenar y de pelear con los mejores hace que esa sensación sea igual de bonita que llevarse el título.
¿Llegó a pensar entonces en la retirada?
No he pensado en la retirada, porque uno no quiere pensar eso cuando no quiere retirarse. Había alguna posibilidad, no de retirarme sin volver a jugar, porque al final hubiera vuelto a hacerlo, pero sí de no poder volver a jugar a un nivel competitivo.
«No he pensado en la retirada, porque uno no quiere pensar eso cuando no quiere retirarse»
Rafa Nadal
¿Y cuándo se dio cuenta de que podría regresar?
Después de la operación, no mejoré como esperábamos o al menos tardé más. Después decidimos cambiar unas infiltraciones con factores, para ver si seguía mejorando, y ahí vi un poquito la luz. Tras casi dos meses di un pasito adelante que me permitió empezar a entrenar un poquito, a moverme un pelín más, y aunque combinaba días correctos con días malos, al menos empezaba a haber algún día correcto. Para mí esto era la vida y a partir de ahí, aunque siguió habiendo días malos, poquito a poco, con antinflamatorios pude seguir con los entrenamientos. El hecho de que pudiera jugar en Abu Dabi para mí significó mucho. Después pasó lo del virus, que supuso un parón tremendo.
¿Qué sensaciones tenía en esos entrenamientos?
Buenas, sí, la verdad que sí. En Mallorca mis sensaciones eran buenas. No me podía mover mucho, pero la sensación de tocar la pelota era buena. En los entrenamientos, lo poco que se podía hacer iba bien y a veces cuando eso ocurre aún es más duro, porque tenísticamente hablando me veía sorprendentemente bien, pero no podía asimilar según qué tipo de movimientos ni de cargas. Cuando llegué a Melbourne, después de estar diez días sin poder salir de casa (por la COVID), me vi entrenando mucho mejor de lo que estaba compitiendo, aunque ganara ese torneo 250. Las sensaciones de los entrenamientos eran buenas, había practicado con gente muy buena, los mejores del mundo, y había estado muy competitivo con todos, sorprendentemente. De alguna manera sabía que me iba a costar en la competición, pero no se me había olvidado jugar al tenis. Sigo siendo competitivo cuando estoy entrenando y para mí esto era muy importante.
¿Y en todos estos meses qué hacía para no agobiarse?
Soy una persona tranquila en general. Tengo bastante vida fuera del tenis. Cuando volví de Toronto estuve unos ocho días de vacaciones, me fui al mar, para desconectar, estuve en Cerdeña, donde puede disfrutar de una semana que me fue bien. También estuvimos buscando cuál era la posible solución o al menos el intento de solución para mejorar. Al final sabemos desde hace muchos años que esto (el síndrome de Müller Weiss) no la tiene, así que lo que se intenta es de alguna manera que no duela tanto, que me permita poder seguir jugando, qué es lo que he hecho durante muchos años de mi carrera, aunque es evidente que todo tiene una degeneración, como es lógico. Soy una persona más o menos positiva y siempre pienso que las cosas en un momento dado van a cambiar e ir a mejor, aunque esta vez el proceso ha sido más largo de la cuenta.
<figure id="sumario_2|foto" onclick="javascript:ampliaFoto(this, '/tenis/imagenes/2022/01/31/open_australia/1643612511_421677_1643623672_sumario_grande.jpg', '976', '732', 'El tenista español Rafa Nadal, junto al periodista de AS Nacho Albarrán durante una entrevista tras proclamarse campeón del Open de Australia 2022. / DIARIO AS (DIARIO AS)’);return false;» class=»item-multimedia» readability=»-22.110497237569″> El tenista español Rafa Nadal, junto al periodista de AS Nacho Albarrán durante una entrevista tras proclamarse campeón del Open de Australia 2022. Ha dicho que tenía conversaciones con el equipo y la familia, ¿de qué hablaban? Somos amigos y familia. Al final se van comentando las cosas y en el día a día hay que tomar decisiones y buscar otras soluciones si las que hay no funcionan. Hubo muchos momentos de dudas y de no tener claro qué camino coger. Son momentos en los que hay que hablar, en los que uno necesita sacar lo que tiene dentro y qué mejor que hacerlo con la gente que quieres y que te quiere. Hay una comparación que va para icónica entre su foto con muletas en septiembre y la del domingo besando la copa en la Rod Laver Arena. ¿Qué sensación tiene al verlas? Entiendo la comparación, pero no me parece tan espectacular como todo lo que pasó después de la primera. Si tras salir de la clínica o un mes después hubiera estado bien para poder empezar a entrenarme, diría que ha sido increíble, pero es que no me pude preparar bien. (Mira las imágenes antes de continuar). El problema es que después de esa foto hubo varios meses de no ir en muletas, pero ir muy cojo también, eso sí que lo hace todo más increíble. ¿Qué pensó en el punto de partido de la final? Pensé en ganarlo. Había perdido mi anterior saque y estaba hecho polvo, llevaba ya varias horas así en la pista. Simplemente pensaba en estar centrado, en no equivocarme otra vez y jugar agresivo. Eso es lo que pensaba, en intentar tomar las decisiones adecuadas más que en cualquier otra cosa. ¿Cómo funciona ese proceso de decidir, es una cuestión de instinto, de experiencia…? Al comienzo del torneo dije que necesitaba recuperar algunos automatismos para la toma de decisiones rápidas. Porque cuando uno lleva muchos meses sin competir todas esas cosas que a veces ocurren de manera más natural y rápida, luego no vienen así. Necesitaba pasar horas en pista y competir para tener la capacidad de análisis rápida y la toma de decisiones adecuadas. ¿Cómo se decide? Pues entran varios factores: primero la sensación personal, el sentirte más seguro en ese momento, y también lo que piensas que al rival le puede ir peor. Por norma general, en los momentos importantes yo creo que la toma de decisiones para mí al menos siempre ha sido clara. Después pasa lo que pasa. Al final lo que hay que hacer es intentar tener claro cómo quieres jugar el punto. Sabes que depende de dónde saques, tienes más opciones de golpear con el revés o con el drive el siguiente golpe. En los momentos importantes normalmente uno quiere ir con el golpe que tiene más seguro. Con nervios, las cosas que uno domina más se toleran mejor. Intentas de alguna manera que el punto vaya por donde te sientas más cómodo. Mucha gente disfruta del tenis porque están Federer, Djokovic y usted. ¿Qué cree que pasará cuando ya no estén ninguno de los tres? Lo qué ha pasado toda la vida, que el tenis sigue. No hay ningún jugador que sea más importante que el deporte en sí. Ningún jugador ni en el circuito femenino, ni Djokovic, ni yo ni nadie somos más importantes que lo que es el deporte en sí. Al final cada año hay cuatro campeones de Grand Slam y nueve campeones de Masters 1.000 y de otros torneos. Y eso va a seguir siendo así estemos nosotros o no. Con lo cual, el tenis estará en buenas manos. Es evidente, y eso no se puede esconder, que estos últimos 20 años hemos vivido una época muy especial. Cuando uno ve los números de nosotros tres, pues ya no solo la cantidad de victorias, sino la regularidad tan alargada en el tiempo hace que sea algo muy difícil de repetir y se tienen que dar muchas circunstancias, pero el tenis seguirá y vendrán otros campeones.
En redes sociales, decenas de compañeros suyos, incluso algunos rusos, de todas las nacionalidades, han dicho que la del domingo fue una de las gestas más grandes de la historia del deporte. ¿Usted qué opina? No soy muy de tirarme a mí muy para arriba. Poniendo en perspectiva todo lo que ha ocurrido y cómo llegué aquí, lo que se ha conseguido diría que es algo casi inimaginable. Yo soy mucho más precavido que mi equipo, que me tiene mucha confianza, pero en este caso se lo puedes preguntar y yo creo que ni el más positivo de todos ellos en sus mejores sueños se lo esperaba, y lo digo de verdad, porque los he visto cada día. Aunque siempre son positivos, yo creo que lo veían imposible. ¿Para usted qué significan de verdad los 21 títulos de Grand Slam? Para mí es sumar uno más. Al final es que no hemos terminado y lo lógico es que 21 no sean suficientes para ser el que acabe con más Grand Slams de la historia. Lo digo sinceramente y como dije en rueda de prensa, y lo mantengo, no se puede estar siempre mirando al lado. Para mí, conseguir el 21 es algo inolvidable, y la manera de hacerlo lo convierte en mucho más especial. Yo seguiré haciendo mi camino, disfrutando del tenis. Marc Márquez dijo que después de verle a usted ganar así, se fue corriendo al gimnasio para “seguir luchando”. ¿Le gusta ser un ejemplo para otros grandes deportistas? Si es positivo, sí. Si sirve de motivación y más a compañeros como Marc, que es uno de los grandes de la historia, para mí es un honor. Todos los que hemos pasado por lesiones, sabemos lo difícil que es. Marc ha pasado mucho tiempo muy complicado, porque cuando estaba en una fase imparable le pasó lo que le pasó y le ha costado un poco, pero tengo la confianza de que volverá a ser el que era. ¿Este ha sido el reto más difícil de su carrera? No lo sé… Creo que, en perspectiva, ganar este Open de Australia es lo más. Por lo poco que he podido entrenarme, los meses que he estado fuera de la competición, con 35 años y medio, que ya no son 25… son muchos factores que hacen que sea la victoria más sorprendente e inesperada.
Medvedev se mostró hundido en la rueda de prensa e incluso amenazó con no jugar en Roland Garros y Wimbledon porque nadie le apoya. ¿Qué le parece? Quizá a veces el efecto que tienen Federer, Djokovic y usted sobre los demás jugadores es involuntariamente devastador… Yo creo que ahora es diferente. Es verdad que, durante años, y no voy a decir nombres, ha habido jugadores que han sido muy buenos y han conseguido mucho menos de lo que se merecían porque estaban viviendo una época en la que tres jugadores prácticamente lo han acaparado todo. Los jóvenes de ahora saben que tienen el camino libre, porque sus competidores reales en relación con su carrera en general son los de su edad, no somos nosotros y eso es mucho más fácil de aceptar. Para los que han vivido nuestra generación cuando nosotros hemos estado compitiendo cada semana a nuestro mejor nivel, creo que ha sido mucho más duro. Medvedev tiene una imagen que no refleja cómo es, aunque a veces en la pista, a mi modo de ver, se equivoca con algunos gestos que provocan reacciones en la gente, pero después, y lo digo de corazón, en el cara a cara y el vestuario es una persona muy amable, cercana y nada arrogante. Alguien con quien se puede hablar tranquilamente. Realmente me cae bien y lo veo buena gente. Cuando pierde siempre está bien con el rival y lo respeto mucho. Creo que es un gran campeón y que tiene la valentía de cambiar las cosas cuando le van mal. Y por eso creo que es un candidato para ganar los torneos más importantes. Tiene una capacidad de adaptación y de lucha muy grande. Creo que lo que dijo en rueda de prensa es fruto del momento. A veces hace este tipo de declaraciones que después también sabe arreglar, lo ha hecho muchas veces y es inteligente para arreglarlo. A veces no controla sus emociones en según qué momento, pero realmente no creo que lo sienta así. Le deseo lo mejor y estoy seguro de que va a vivir momentos bonitos con su público. ¿Qué le diría a esa cantidad enorme de gente que disfrutó con usted el domingo en España y en todo el mundo? Solo puedo dar las gracias por todo el cariño, por todo el apoyo, y lo digo de verdad. Siempre he sentido el apoyo de tanta gente, de manera evidente en España especialmente, donde la forma en que me tratan siempre es impresionante, pero también alrededor del mundo. En todos los lugares a los que voy siempre el apoyo y el cariño de la gente están ahí y para mí es algo muy bonito. Cuando uno lo recibe es porque supongo que hace las cosas bien, ya no solo tenísticamente hablando. Para mí esto es igual de importante o más que cualquier título o éxito deportivo. Los éxitos van pasando y las personas quedan, así que le doy un valor grande.
DIARIO AS (DIARIO AS)
«Cuando nos vayamos Federer, Djokovic y yo, el tenis seguirá. No hay ningún jugador que sea más importante que el deporte en sí»
Rafa Nadal
«Creo que, en perspectiva, ganar este Open de Australia es lo más»
Rafa Nadal
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