A un paso del 21
Rafa Nadal está más cerca que nunca de convertirse, al menos de momento, en el mejor tenista de la todos los tiempos en cuanto a títulos de Grand Slam. El balear juega la final del Open de Australia este domingo (9:30, Eurosport) contra Daniil Medvedev, subcampeón el año pasado, y si triunfa sumará 21, uno más que Federer y Djokovic, que no disputaron el torneo por diferentes motivos. El suizo, porque se recupera aún de una doble operación de rodilla y el serbio, porque lo deportaron el día antes de que comenzara la competición después de que el Gobierno aussie cancelara por segunda vez su visado alegando que podía fomentar el movimiento antivacunación.
El español se pondría cuarto en la lista global, por detrás de Margaret Court (24), Serena Williams (23) y Steffi Graf (22). También sería el segundo hombre que gana al menos dos veces cada Slam después de que Djokovic lo consiguiera al imponerse en Roland Garros 2021. Con anterioridad, lo habían logrado los locales Roy Emerson y Rod Laver. Esta será la sexta final de Nadal en Abierto australiano (29ª en un grande en 63 participaciones), un torneo que pese a haberlo ganado una sola vez, se le da bien en cuanto a victorias. Con la de las semifinales ante Berrettini, suma 75. Ese fue su triunfo 500 en pista dura también. Números redondos como el de títulos totales que alcanzaría si supera a Medvedev: 90.
«Me hace feliz ser parte de esta increíble era del tenis, compartiendo todas estas cosas con otros dos jugadores (Federer y Djokovic). De alguna manera, no importa si alguien logra uno más o uno menos. Creo que hicimos, todos, cosas increíbles y cosas que serán muy difíciles de igualar, pero no pienso mucho en esto, todas estas cosas», dijo Rafa el viernes cuando le preguntaron por el famoso número 21, un objetivo que en ese momento curiosamente veía «muy lejos».
Para conseguirlo debe ganar por cuarta vez en cinco enfrentamientos a Medvedev. Y ya sabe lo que es vencerle en una final, lo hizo de manera agónica en la del US Open 2019, cuando el ruso, que ahora tiene 25 años, estuvo a punto de remontarle dos sets. «Es uno de los mejores jugadores del mundo. Si no soy capaz de jugar a mi mejor nivel, el más alto, simplemente no tendré oportunidad», explicó el manacorí. El moscovita también puede hacer historia, ya que si sale campeón en su cuarta final de Slam, sería el primero en la Era Open (desde 1968) que cosecha sus dos primeros títulos de manera consecutiva y el sexto que encadena US Open y Australia tras Rosewall, Sampras, Agassi, Federer y Djokovic.
«No sé si debería llamarlo así, pero es como un tipo perfecto», dice Medvedev sobre el comportamiento de Nadal en la pista, muy alejado del suyo, como pudo comprobarse en la semifinal ante Tsitsipas, cuando llamó, entre otras cosas, estúpido, al juez de silla español Jaume Campistol. «El partido será físico. A Rafa le gusta arrastrar a la gente a largos intercambios y a mí también. Voy a tratar de estar más listo que en la final del año pasado, más concentrado, pelear más y dar todo lo que tengo. Él desde el primer hasta el último punto va a dar lo mejor de sí mismo, y eso es lo que voy a intentar hacer también», vaticina el número dos del mundo, que tiene muy cerca el uno (lo aseguraría si vence) y no oculta su admiración por el Big Three, que de alguna manera disputa ‘al completo’ este partido: «Cuando tenía como ocho, diez años, jugaba contra la pared y me imaginaba que estaba Rafa al otro lado o Roger. Novak todavía no jugaba, creo». Hoy tendrá enfrente al balear, en carne y hueso, y con los colmillos afilados.
Cuadro masculino del Open de Australia.