El truco final de Mercedes

Todo cambió en Brasil. Hasta entonces, Verstappen mantenía una ventaja sólida y había sumado dos triunfos consecutivos de peso en Austin y México. En Interlagos, Mercedes cambió el motor de combustión de Hamilton por quinta vez en 2021 a cambio de una sanción de cinco puestos en la parrilla y pareció un gesto inofensivo, pero puede valer un título. El equipo decidió exprimir al máximo cada propulsor cada tres o cuatro carreras para garantizar un extra de potencia cuando el campeonato está a punto de decidirse. El resultado: tres poles y victorias consecutivas y una superioridad que no se había visto a lo largo de una campaña tan reñida. Toto Wolff lo llama «motor picante».

Red Bull sospechó primero del alerón trasero, de ahí que Max lo palpara en aquel polémico parque cerrado (recibió una multa de 50.000 euros). Pero Christian Horner, jefe del equipo, apuntó tras el GP de Arabia Saudí a la causa principal: «La velocidad del motor es increíble, un segundo más rápido que Max en la carrera. No te puedes defender contra esto. Es frustrante para un piloto enfrentarse a ese déficit en las últimas tres o cuatro carreras, esas prestaciones tan dominantes en la recta. No está acabado, Max es un luchador y es el piloto que merece ganar el Mundial. Pero Mercedes tiene el mejor coche, fíjate dónde están Lewis y Valtteri. Max ha sido el mejor piloto por cómo ha pilotado este año y merece todo el crédito».

Verstappen utilizó cuatro unidades de potencia completas a lo largo de la temporada. Cambió en Francia (tres triunfos seguidos desde Paul Ricard) y Bélgica (otros dos consecutivos), y penalizó, salió último, al incorporar el cuarto en Rusia. Hamilton, en cambio, ha empleado tres unidades de potencia y dos motores de combustión extra por los que sólo cumplió cinco puestos de penalización en Turquía y Brasil. Las malas lenguas dicen que Mercedes ya había comprobado la capacidad de su motor a máximo rendimiento con Bottas, que ya va por seis motores y llegó a cambiarlos en carreras consecutivas, Italia y Rusia.

En cualquier caso, es una lectura polémica de la norma. Se pretende controlar los costes y por eso sólo se permiten tres unidades de potencia en 22 carreras. Pero con cinco motores de combustión en una temporada, Lewis sólo ha recibido diez plazas de penalización en la parrilla y sólo cumplió cinco, las de Estambul, porque en Brasil arrastraba una descalificación por las irregularidades en su DRS y debía salir último igualmente. «A partir de un cierto número de motores deberías salir último», proponía recientemente Alonso, que vivió en primera persona las desventajas de esta norma en McLaren Honda y ahora observa cómo se exprime la regla a favor.

Quizás desde esa perspectiva se comprendan las defensas al límite de la norma de Mad Max en los últimos fines de semana. Los dos por fuera en la curva cuatro del Autódromo José Carlos Pace; saltándose el vértice de la primera frenada en Jeddah Corniche o incluso estrellando el RB16B en el último muro de Arabia en busca de una pole imposible, «la mejor vuelta que se ha dado nunca» según Horner. Hasta noviembre, el pulso entre Mercedes y Red Bull pareció equilibrado, con circuitos y momentos para cada uno. Desde entonces, tras el doble cambio de motor, todos los trazados parecen propicios para el coche de Hamilton.

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