Djokovic, Medvedev y una España gafada

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Las finales de Copa Davis, que no se pudieron celebrar en 2020 por la pandemia, vuelven con el ‘Formato Piqué’ que se estrenó en la edición de 2019, en la que España se coronó en la Caja Mágica. Una España que iba a cambiar la seguridad de Rafa Nadal, lesionado, por la ilusión de Carlos Alcaraz, que a sus 18 años era uno de los grandes atractivos hasta que dio positivo por coronavirus 24 horas antes de debutar. Sí habrá cuatro jugadores top-ten:  Novak Djokovic, Daniil Medvedev, Andrey Rublev y Jannik Sinner. El número tres, Alexander Zverev, renunció a disputarla, al igual que hizo en la anterior edición. La Grecia de Stefanos Tsitsipas (lesionado en el Masters) no está clasificada. Tampoco la Noruega de Casper Ruud o Polonia con Hubert Hurkacz. A eso se unen las bajas del mencionado Nadal y de Matteo Berrettini, que cayó en el Masters de Turín disminuyendo el potencial de uno de los equipos llamados a ser protagonistas, con Sinner (20 años), el emergente Musetti (19) y el imprevisible Fabio Fognini.

El grupo Kosmos, organizador de la competición, y la Federación Internacional sacaron enseñanzas de la primera experiencia, en la que varias eliminatorias de alargaron hasta la madrugada, y se ha optado por un formato multisede con Madrid (que cambia la Caja Mágica por el Madrid Arena), Turín (Italia) e Innsbruck (Austria), donde los partidos se jugarán a puerta cerrada por el nuevo confinamiento en el país. En 11 días en vez de una semana.

La Davis, siempre imprevisible, guardará alguna sorpresa en la Ensaladera. Pero de momento arranca con las certezas de que Rusia es el equipo, a priori, más potente. El número dos Daniil Medvedev, que no jugó en 2019, se incorpora a un grupo con Andrey Rublev (5º), Karen Khachanov (29º) y en el que ha aparecido el sorprendente Aslan Karatsev (18º), ganador este año en Dubái y Moscú y, sobre todo, semifinalista en Australia. Una escuadra temible que ha ido a caer en el grupo del campeón en Madrid. España, con un top-20 como Pablo Carreño, el reputado doblista Marcel Granollers, los galones de Feliciano López y los reclutados a última hora Albert Ramos y Pedro Martínez tendrá que pelear la primera plaza en un duelo a cara de perro o intentar ser uno de los dos mejores segundos para estar en cuartos. Se cayó por lesión a cuatro días del estreno Roberto Bautista (19º), que estaba destinado a ser el número uno de España, y el clavo ardiendo Alcaraz. 

Pero sobre todos los aspirantes, planea la sombra de Novak Djokovic y Serbia, que comparte grupo en Innsbruck con Alemania y Austria. El número uno está decidido a dar una segunda Ensaladera a su país. Y cuando se propone algo, todo es posible.

España defiende título en la Caja Mágica. Han pasado dos años desde que alzara la Ensaladera tras derrotar por 2-0 a Canadá y se iban a mantener los mismos protagonistas (Bautista, Carreño, Feliciano y Granollers) menos uno. El más decisivo. Un Rafa Nadal que estuvo 14 horas y 12 minutos sobre la pista, participando en ocho de las 11 victorias (cinco individuales y tres dobles) del equipo de Sergi Bruguera. Pero también causan bajas Bautista y Alcaraz.

No estará ‘Míster Davis Nadal’, que presenta un balance de 29-1 (sólo perdió en su debut en Brno en 2004, con 17 años. Y a falta de Bautista, el campeón se echaba en los brazos del jugador más ilusionante de los últimos años: Carlos Alcaraz. El murciano, instalado en el puesto 32º de la WTA con tan sólo 18 años, venía de proclamarse campeón del Masters NextGen (Sub-21), llegó a cuartos de final en el US Open y había derribado este curso a tres top-ten. Pero no estará. El potencial de la campeona baja muchísimos enteros. Albert Ramos y Pedro Martínez Portero entraron a última hora al equipo. 

Novak Djokovic es la estrella rutilante de la Copa Davis. Liderará a una Serbia que ya fue campeona con él en 2010 en Belgrado y después perdió otra final en 2013 en casa contra la República Checa. Llega herido por las derrotas en los Juegos de Tokio donde buscaba el oro y se vino sin medalla, el US Open ante Medvedev que le impidió completar el Grand Slam y en semifinales de la reciente Copa de Maestros contra Zverev. Pero ha cerrado el año número uno por séptima vez y la competición por países le motiva. «Me gusta la forma en la que estoy jugando y me veo bien de cara a la Davis. No depende sólo de mí, pero confío en que los chicos estén sanos y motivados. Yo lo estoy por jugar para mi país», adelanta.

La Rusia de Medvedev y Rublev mete miedo. Canadá se descuelga por las bajas sobre la bocina de Felix Auger-Aliassime y Denis Shapovalov, que mezclaron tan bien en 2019 para llegar a la final. La renovada Italia de Sinner y Musetti ilusiona. Una Gran Bretaña sin Murray pero con un Cameron Norrie (12º) que se ha destapado. Y las siempre competitivas Croacia, Francia o Australia aseguran emociones fuertes.

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