Latin power en México

Al son del «Guadalajara, Guadalajara…» un grupo de mariachis fue dando la bienvenida a las ocho aspirantes a maestra en el aeropuerto de la capital del estado de Jalisco, la segunda ciudad más poblada de México que cambia la expectación sobre el combate de ‘su’ Canelo Álvarez, el fin de semana pasado, por las WTA Finals desde hoy. Una cita que debería haberse celebrado en Shenzhen (China), pero que ha encontrado acomodo por primera vez en Latinoamérica ante la suspensión de toda la gira asiática por la pandemia.

Y en ella, hay ‘Latin power’ por partida doble. Dos españolas, Garbiñe Muguruza y Paula Badosa, quienes toman el testigo de Arantxa y Conchita, que coincidieron por última vez el en 2000. La primera debuta esta madrugada (02:30, TDP y DAZN) frente a Karolina Pliskova en un grupo que calificó como «el más duro». Y en un torneo que se jugará a casi 1.600 metros de altitud, con lo que supone de ventaja para tenistas como la checa, líder del año en aces. La campeona de Roland Garros, Barbora Krejcikova, y la estonia Anett Kontaveit, que viene como un tiro, serán las rivales en la fase de grupos. Las dos mejores pasan a semifinales.

A 1.600 metros de altitud

«Quizá sea la edición más abierta, también por la altura. Controlar la bola es difícil. Lo máximo a lo que he jugado son unos 600 metros. Esto es más del doble. El primer día aluciné un poco por las condiciones. Pero estamos en Latinoamérica, esto pasa una vez en la vida, y eso me emociona», cuenta Muguruza, que ha sido dos veces campeona en Monterrey y que espera convertirse en «la favorita del público» para un torneo que, como en todo el circuito femenino, es difícil hacer pronósticos. «Lo normal no es lo que ocurre en el tenis masculino, que tres jugadores acumulen 60 Grand Slams. El tenis femenino es intrigante. Mejor así. Cada semana no sabes qué va a pasar. La que juega bien esos días se lleva el torneo», reflexiona.

La número uno, Ashleigh Barty, ha preferido no viajar más, cerró su temporada y no está en Guadalajara. Naomi Osaka, con sus problemas mentales, no llegó a clasificarse cuando parece destinada a ser la referencia tras Serena. Tampoco le dio tiempo al último fenómeno, la teenager Emma Raducanu (18 años), reciente ganadora del US Open.

Frente a la cuarta participación de Muguruza, será la primera de Badosa, que soplará las velas de su 24 cumpleaños el próximo lunes instalada en el top-10. Comenzará mañana contra Aryna Sabalenka, número dos mundial, y luego le esperan Iga Swiatek y Maria Sakkari.

«Es difícil adaptarse. La bola vuela como nunca lo había visto. No tiene nada que ver con Indian Wells. Es muy difícil. Las condiciones son duras, pero para todas. Pierdes el control y es un reto», adelanta la campeona del WTA 1.000 californiano. «Es muy importante la presencia de dos jugadoras latinas. Como Garbiñe y yo estamos en grupos diferentes, espero que nos podamos convertir en las favoritas del público», desea la tenista nacida en Nueva York.

Tras Arantxa y Conchita, llega el el turno de Garbiñe y Paula. El techo está en la final que la catalana disputó en 1993 contra Steffi Graf. Una buena oportunidad para romperlo.

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