Un golpe maestro

No eran decibelios, sino grados en la escala de Richter los que se aumentaban según se descontaban las vueltas. 130.000 apasionados empujaron al Checo en su persecución sobre Hamilton, por el segundo puesto y por acercar el título a Verstappen. Pérez tenía ruedas once vueltas más jóvenes y un Red Bull superlativo este domingo en el GP de México. Una bestia, pero hacían falta más que manos para dar la última alegría al Foro Sol y el golpe de gracia al campeón. Presionó, lo trabajó, se lo preparó, se pegó a la estela del Mercedes… pero no, no fue suficiente. Mucho Hamilton en la adversidad. Delante, en cualquier caso, Verstappen sonreía: venció en el Hermanos Rodríguez tras una obra maestra en la salida y asestó siete puntos de ventaja sobre Sir Lewis, ya son 18 en la clasificación general. Checo completó el podio en casa, emocionante.

La arrancada fue decisiva. Bottas, desde la pole, y Hamilton taponaron desde la primera línea para que nadie cazara un rebufo, pero ‘Mad Max’ se lanzó por el exterior, clavó los frenos más tarde y adelantó a los dos Mercedes con una maniobra de esas que deciden campeonatos. Detrás, Ricciardo se chocaba con Valtteri y fastidiaba el día a unos cuantos. Hubo que esquivar el estropicio y por ahí Gasly se escapó y Sainz perdió el puesto con Leclerc. Alonso, por ejemplo, también se dio de bruces con el finlandés y lo salvó por reflejos. Otros se lanzaron al césped y evitaron el lío con uno de esos atajos que tan poco gustan al asturiano.

A partir de entonces, carrera táctica, abrir huecos y esperar. Max se escapó a un ritmo inalcanzable para el resto. Lewis paró el primero sin muchas esperanzas, el neerlandés lo hizo tres vueltas más tarde y Checo se quedó al frente del grupo para acabar la carrera con un neumático ventajoso y asediar a Hamilton. No fue suficiente, pero el podio en casa sabe a victoria para la grada, porque han ganado los suyos y porque horas antes se llevaron un chasco con la pole de Bottas. Con la bandera mexicana en mano, Verstappen y Pérez subieron al podio separados por Lewis.

Ferrari se inventa un problema

Detrás, Gasly hizo bueno el cuarto y Ferrari protagonizó un sainete que no venía a cuento. Sainz paró once vueltas más tarde que Pierre y Leclerc, así que tenía un ritmo muy superior entonces. A su compañero lo cazó con 18 vueltas por delante y el muro ordenó a Charles que le dejara pasar, lógico. Como se había resistido ligeramente en las vueltas previas, Gasly se escapó de ocho a más de 12 segundos. Sainz le persiguió, se quedó a unos seis de Pierre y con siete de renta sobre Leclerc. Pero a dos vueltas del final Ferrari se desdijo, ordenó a Carlos que ralentizara y que devolviera el quinto a Charles «sin competir». Menos mal que en Ferrari no importaba el campeonato de constructores. Sainz fue sexto con mucho más ritmo que el quinto. ¿Explicación?

Alonso, mientras, puntuó después de dos domingos difíciles, remontó del 12º al noveno, y eso que en la salida perdió más de lo que ganaron otros. Fue una carrera sólida cimentada en el ‘overcut’ sobre rivales directos, finalizó por detrás de Vettel y un gran Raikkonen. Bottas, fuera de los puntos, rascó la vuelta rápida en última instancia para restar un punto a Max. La jugada está bien, aunque parece un premio de consolación para Mercedes vista la exhibición, otra más, de Verstappen.

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