El derbi de las sombras

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Las grandes citas entienden poco de estados de ánimo. Pero Betis y Sevilla llegan a su gran derbi bajo un puñado de sombras e incertidumbres (sigue el partido en directo en As.com). La clasificación liguera refleja la lucha de ambos por la zona de privilegio, pero Europa empujó a ambos a una crisis que amenaza con multiplicar los miedos sobre el césped del Benito Villamarín. Los de Pellegrini llegan tocados debido a las caídas en el Wanda y en Leverkusen. Siete goles en contra. Ninguno a favor. Y la sensación de titubear ante los grandes. El Sevilla, mientras, fue víctima de sus errores ante el Lille hasta complicar de forma notoria su clasificación. Demasiados regalos. Demasiadas dudas.

No todo es depresión en Heliópolis y Nervión. Pellegrini demostró ser capaz de fabricar armas para curar heridas. Y Lopetegui las tiene para multiplicar la solidez de su equipo. Nadie encaja menos que el Sevilla en esta Liga. El chileno se agarra a Fekir y a su rol diferencial. El vasco entrega sus llaves a la fiabilidad de Koundé y Diego Carlos. Tres puntos en juego. Pero también suspiros de gloria intangibles.

El césped manda y el Betis quiere que ahí reine Fekir, envuelto en la polémica tras su expulsión en Leverkusen pero convertido en foco principal de fútbol en Heliópolis. Él maneja las cartas más incisivas de Pellegrini. El técnico lo rodeará con sus mejores bazas. El desparpajo de Rodri. El alma de Canales. La inteligencia de Guido Rodríguez. Habrá revolución en la zaga tras el caos europeo y Willian José tiene ventaja sobre Borja Iglesias para ser el nueve del Betis. El eterno Joaquín estará en el banquillo y Tello pretende dejar de estarlo. Una rotación a medias para una recuperación exprés.

Lopetegui no tiene a Jesús Navas y descartó a En-Nesyri. La irregularidad de Rafa Mir invita a que incluso Lamela pueda ejercer de referencia arriba. Montiel entrará en el carril diestro de una defensa que parece fiable en Liga. Más aún con Fernando en las vigilancias. El brasileño es una garantía y ya reinó en el derbi sevillano. Querrá hacerlo Ocampos, más veloz y acertado en las últimas semanas.

Habrá invitados inesperados. ¿Quizás Lainez? ¿Tal vez Óliver? Hasta Rakitic quiere un sitio más por historia que por fútbol. Pero la fiesta, fabricada entre grises, tendrá también miedos y lagunas en un Benito Villamarín vestido de normalidad. Todos quieren ganar. Pero, sobre todo, nadie quiere perder.

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