Djokovic rompe la historia

El supercampeón contra el aspirante. Así se planteaba el duelo entre Novak Djokovic y Hubert Hurkacz en las semifinales del Masters 1.000 de París-Bercy, y la batalla cumplió con las expectativas. El desenlace, pese a que el polaco llegaba al partido en el mejor momento de su carrera (10º del ranking y clasificado para las ATP Finals), fue el esperado, con un Djokovic victorioso (3-6, 6-0 y 7-6(5) que el próximo domingo disputará su séptima final en París, la 54ª de Masters 1.000 en su cuenta. El triunfo le permite al de Belgrado cerrar la pugna que mantenía con Daniil Medvedev por acabar la temporada como número 1, ya que se aseguró el peldaño más alto del ranking por séptima vez en su carrera, desempatando con un Pete Sampras con quien compartía el anterior récord.

La ley del saque se impuso en los primeros compases del partido. Hurkacz dio un recital con su servicio y también en la red (77% de puntos ganados), donde mostró su pericia con grandes voleas y botes prontos. Las opciones de break no llegaron hasta el octavo juego, cuando Djokovic se enredó a base de errores no forzados. Después de una doble falta del serbio, Hurkacz aprovechó su primera opción de rotura con una grandísima volea que pilló a contrapié al número 1. Al contrario que Nole, quien entregó por sexta vez su servicio en lo que va de semana, el pulso no le tembló al polaco para atar el primer set con un gran tenis.

Sin embargo, poco le duró la alegría al octavo clasificado para las ATP Finals de Turín. En la segunda manga, Djokovic no dejó escapar la primera opción que tuvo para quebrarle el saque y colocar el 3-0 a continuación con su servicio. Una brecha insalvable. Con el paso de los minutos, Nole llevó el partido a su terreno, alargando los puntos y moviendo a Hurkacz por toda la pista. Ese desgate incrementó sobremanera la cantidad de errores no forzados del polaco, que ni siquiera pudo evitar el rosco merced, principalmente, al servicio: 42% de puntos ganados con primeros y sólo 25% con segundos.

Después de siete juegos seguidos del serbio, entre segundo set e inicio del tercero, Hurkacz consiguió parar la sangría, lo que encendió a la grada de París en favor del polaco. Los ‘Hugo, Hugo’, que retumbaron en la Pista Central a lo largo del torneo para animar a Gaston, se tornaron en ‘Hubert, Hubert’. Contra todo pronóstico, Djokovic se desquició. Pasó de dominar por 4-1 al 4-4, con malas caras, gestos de desaprobación hacia la grada y hasta una reprimenda a un cámara que pasaba por su banquillo. Pese a todo, el de Belgrado activó por enésima vez el ‘modo escapista’, como tantas veces ha hecho en su carrera, para resolver el choque en el tie-break. Ya espera a Medvedev o Zverev en la final, pero con la tranquilidad de que el número 1 será suyo…

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