España, sin complejos

Al abrigo del O2 Arena de Praga, ciudad imperial, bella y magnífica, capital de la República Checa, que poco a poco se acostumbra otra vez al frío, debuta España hoy (17:00, TDP) ante Eslovaquia en las nuevas Finales de la Billie Jean King Cup. El nombre de la leyenda estadounidense por el que se conoce desde 2020 a la antigua Copa Federación, torneo por países que la Armada conquistó en cinco ocasiones en los 90, gracias al talento y la raza de Arantxa Sánchez Vicario y Conchita Martínez.

La Selección podría haber acudido a la fase final de esta edición, pospuesta dos veces por la pandemia y que estrena formato muy similar al de la Copa Davis de Piqué (pista dura, a cubierto, cuatro grupos de tres equipos, semifinales y final con eliminatorias de dos partidos individuales y uno de dobles), con una formación aspirante a campeona. Pero las dos mejores del ranking, Muguruza (5ª) y Badosa (11ª) se bajaron de la convocatoria para darle prioridad a la preparación de las WTA Finals, que se celebran la semana que viene en Guadalajara (México) a 11.500 kilómetros, en altura (1.500 metros) y al aire libre. Barty (Australia), Sabalenka (Bielorrusia) y Karolina Pliskova (Chequia) hicieron lo mismo, al contrario que otras dos tenistas de la nación anfitriona, Krejcikova (3ª), clasificada en individuales y dobles, y Siniakova, que será la pareja de la cuarta del mundo en el Masters.

No significa que España haya llegado derrotada a la región de Bohemia. La capitana, Anabel Medina, dispone de cinco jugadoras muy capaces en un año que ha sido muy bueno para el tenis femenino patrio. Porque al margen del ascenso en la clasificación de Muguruza y Badosa, Sara Sorribes (25 años y 37ª), líder de la Roja, está en su mejor momento, y en la serie que puso a España en las Finales, contra Japón sin las dos ausentes, ganó a la entonces número uno, Naomi Osaka. También llega eufórica Nuria Parrizas, la granadina que irrumpió en el top-100 hace unas semanas a sus 30 años. Ambas han ganado su primer título en 2021.

Las acompañan las sustitutas de última hora, Aliona Bolsova (23), que puede jugar con garantías tanto sólo como en un dúo, y Rebeka Masarova (22), que demostró en el US Open que tiene un saque con el que puede intimidar a las rivales si es necesario. Y la guinda la pone Carla Suárez, que disputará, si es elegida, su última competición en el curso de su retirada. Con 33 años no pierde la ilusión y no renuncia a nada: “Ganar una competición así sería muy especial, una despedida, un broche de oro a tantos años de carrera, aunque no es sólo eso”.

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Sara Sorrines conversa con el resto del equipo español.
Álvaro Díaz / RFET

Optimismo compartido

Ese optimismo lo comparte Medina: “Vamos con el objetivo de pelear por cada punto y eliminatoria, a darlo todo en la pista. Es un momento de la temporada en el que las fuerzas están muy justas. Así cualquier esfuerzo de más que se ponga suma mucho. Todas las jugadoras son importantes y están en estado de alerta”. También cree en ellas el presidente de la Federación, Miguel Díaz. “No cambies el billete, que las semifinales están aseguradas”, le dijo ayer al que esto escribe en el aeropuerto de Praga.

No será fácil. Ayer, las chicas se entrenaron a buen ritmo y sin problemas en la pista 1, donde jugarán hoy contra la Eslovaquia de Schmiedlova (82ª), el rival a priori débil del grupo. En la central se enfrentarán el miércoles a Estados Unidos, una de las grandes favoritas junto a Rusia, Chequia, Suiza y Alemania. Sin complejos.

Calendario de las Billie Jean King Cup Finals.

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