El talento precoz que mira a Nadal
‘Vamos, Charlie’, se grita a sí mismo varias veces durante los partidos. Carlos Alcaraz mira a Ferrero, su guía en la grada. El que le complementa en lo único que le falta al murciano de 18 años, la experiencia. El talento que apunta a las metas más altas perdió con Zverev en Viena. Su cara era de enfado, incluso de decepción, pero salir derrotado ante el 4 del mundo que tuvo que sacar su mejor tenis debe ser considerado una victoria. Alcaraz sale de su mejor actuación en un ATP 500 con otras dos picas en la ametralladora: derrotó a un ex número uno del mundo (Andy Murray) y a otro Top Ten (Matteo Berrettini). Además el lunes estará en el puesto 35º del ranking, el mejor de su corta carrera.
Es imposible vaticinar hasta donde puede llegar Alcaraz, pero analizando sus condiciones no hay nada que tire por tierra el mayor optimismo posible. No hay metas imposibles para un tenista con unas piernas prodigiosas y una derecha que agujerea la pista. Dos atributos a los que une desparpajo, valentía, personalidad, arrojo y una potencia en los golpes que recuerdan a los mejores cañoneros… en la versión de un fino y pulcro estilista. Carlos debe seguir trabajando y mejorando, pero el jugador más precoz en un puesto tan alto de la clasificación desde Rafa Nadal en 2004 tiene serias opciones de ser ya cabeza de serie en el Open de Australia 2022. Los rivales ya tuercen el gesto al verle en su lado del cuadro. Carlos está llamado a dar muchas alegrías al deporte español. No es futuro, es presente.