Ataque por descarte
La frase es de un reciente inquilino del banquillo del Madrid: «Son 24 futbolistas y una parte de mi trabajo es decidir quiénes juegan. No es la parte más grata, seguramente». La pronunció Solari en su breve etapa como entrenador blanco. Un bendito problema, pensarán muchos entrenadores al ver la plantilla con la que cuenta Ancelotti. Pero hay decisiones en las que Carletto cada vez tiene menos margen para meditar. En lo que es la composición de su tridente de ataque, parece, por acciones de unos y omisión de otros, que no va a tener que pensarse mucho sus alineaciones…
Decidido a mantener el 4-3-3, Ancelotti busca la pieza que le falta en el ataque. Benzema es un fijo cuya presencia está fuera de discusión. Y Vinicius, con su rendimiento, se ha ganado a pulso acompañarle a su costado izquierdo. La única plaza abierta a la competencia es la del extremo derecho. Y aunque la competencia por esa posición es intensa, un candidato destaca sobre los demás: Rodrygo. El brasileño, titular contra el Shakhtar y en el Clásico, cedió su sitio en el once a Asensio. El balear volvió a cuajar un partido más que discreto.
Sin fichajes galácticos, reunir a Benzema, Bale y Hazard en el ataque era una de las grandes esperanzas del verano. Una nueva oportunidad para una BBH que no cuajó hace dos temporadas, pese a los esfuerzos de Zidane por rehabilitar a Bale en ese inicio de campaña. Bale volvió a ser víctima de las lesiones y de su actitud y Hazard también fue carne de enfermería cuando comenzaban a asomar algunos destellos de sus virtudes.
Las ilusiones no tardaron en esfumarse. Vinicius solo necesitó dos partidos para comerle la tostada a Hazard, lejos de nuevo de una óptima condición física. El belga no ha dado argumentos para derrocar a Vini de su adquirido estatus de titular. «El problema de Hazard es que el entrenador ahora prefiere a otro», decía Ancelotti en la previa del partido contra Osasuna. El brasileño no ha abandonado el once inicial desde que se subió a ese tren. Y Bale tras el primer parón de selecciones, volvió por donde solía. Lleva sin dos meses sin ponerse la camiseta del Madrid por problemas en los isquiotibiales. Ancelotti, en el mejor de los escenarios, no espera tenerle hasta el partido contra el Rayo (6 de noviembre), justo en el último partido antes del próximo parón de selecciones.
Con el 4-3-3, Ancelotti ha probado por la derecha a Vinicius (puntualmente, para hacer hueco a Hazard); Lucas Vázquez, que según Carvajal alcance su forma óptima volverá a ser una opción para el ataque; y Rodrygo. Valverde y el paulista se han desempeñado en esa banda en el 4-4-2. De todas las fórmulas, la que mejor ha funcionado es la del ex del Santos. Rodrygo ha estado en las victorias en Kiev y en el Camp Nou (con el primer sistema) y en la goleada al Mallorca, con el 4-4-2. También en el partido contra el Villarreal, la primera cruz en la senda de la temporada de los blancos.
Aunque Asensio es el tercer máximo goleador del equipo, su aportación se circunscribe al hat-trick frente al Mallorca y el centro con el que asistió a Benzema en el 0-5 contra el Shakhtar. Rodrygo, antes de marcar en Kiev, marcó el único gol del partido contra el Inter y asistió a Alaba en el primer gol del Clásico. Con Valverde y Bale KO aún varios días y Lucas Vázquez pendiente como recambio de Carvajal, Rodrygo se sustenta como la apuesta más segura para Ancelotti.