Kiko Hernández y su eterna despedida de ‘Sálvame’

Por Mike Medianoche.- Al programa Sálvame le encanta anunciar bombas, esas noticias que se sacan de la galera y que en cuestión de segundos circulan por redes sociales y periódicos digitales. Habitualmente avisan de la información que van a decir, incluso citan a los espectadores a una hora muy concreta (las cinco y media de la tarde, o a partir de las ocho, según la ocasión) para que así no se pierdan el bombazo que preparan. Sin embargo, debido a ese gusto por los preparativos resulta llamativo lo que sucedió el pasado miércoles por la tarde: Kiko Hernández daba unas declaraciones propias de un Deluxe al reconocer que está pasando un bache emocionaly que está pensando en abandonar Sálvame para reponer fuerzas.

Unas declaraciones que muchos interpretaron como otro de sus amagos por abandonar el programa. Otro capítulo más en su eterna despida de Sálvame.

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No cabe duda que el último año ha sido muy duro para todos, unidos a nivel internacional por ese denominador común como fue la crisis sanitaria del coronavirus. Sin embargo, si prestamos atención a los acontecimientos que han rodeado a Kiko Hernández podríamos decir que ha vivido varios golpes personales muy seguidos, como fueron las muertes de su tía, su compañera Mila Ximénez y ahora su íntima amiga Begoña Sierra, conocida por regentar un famoso bingo madrileño.

Pues en la tarde del miércoles, Kiko compartió con la audiencia que su difunta amiga siempre le decía que no se marchara nunca del programa de La Fábrica de la Tele, pero añadía que por su salud mental siente que “necesita parar.

Necesito parar una semana, quince días, respirar”, le decía a Jorge Javier Vázquez y al resto de la audiencia. Y es que ni siquiera la muerte de Mila Ximénez, a la que estaba muy unido, le hizo pisar el pedal de freno. Su relato continuaba con sus ganas de “desaparecer” y de cómo hay días que no tiene ni ganas de levantarse de la cama, sin descartar pedir ayuda profesional para poder ubicarse. Y al final de su confesión abandonó el plató como si se hubiera despedido por un tiempo del programa y la audiencia. Es más, ha deshabilitado su perfil de Instagram como dando a entender que la desaparición es real.

Sin embargo, sus intentos de abandono siempre terminaron convirtiéndose en una cortina de humo que se abría para dar paso a un retorno protagonista.

Por ejemplo, hace un mes aproximadamente que surgieron rumores de un posible hartazgo de Sálvame. Kiko se fue de vacaciones y parecía que nunca llegaba el momento de incorporarse, los comentarios se hicieron más fuertes y él tuvo que parar los mismos a través de Instagram, desmintiendo que se fuese a ir. Pero otro día reconoció que los horarios de Sálvame le van mal en su día a día, y que si Ana Rosa le hiciese una oferta se iría a las mañanas.

Recordemos que el físico del que fuese concursante de Gran Hermano 3 había dado señas de cansancio previamente. Kiko apareció desmejorado respecto a la imagen que tenemos de él -podríamos decir que incluso parecía vulnerable, él que siempre es un titán dispuesto ante la cámara- cuando en julio apareció en Sálvame llevando guantes como consecuencia de la artritis psoriásica que sufre, una enfermedad que se habría agravado tras la muerte de Mila. Otro día, al ir a presentar el Limón, la voz no le salía, y hablaba como un ser de ultratumba. En cuanto pudo pasó el testigo a Jorge Javier se fue a casa a recuperarse.

Sin embargo, cualquier indicio de abandono se antoja como otra cortina de humo más en su largo historial con la casa. Puestos a analizar su paso por el programa es de esperar que tras tomarse ese tiempo que necesita Kiko volverá a Sálvame, como casi todos los que se han ido de forma voluntaria. Y a las pruebas me remito. En diciembre del año 2013, es decir, hace 9 años, Kiko se fue porque estaba metido en otro agujero emocional. Reapareció cuatro meses después, en el sillón del Deluxe(que entonces se llamaba Sálvame y no Sábado) y relató que había sufrido una depresión. Se volvió un adicto al trabajo, se refugiaba en el plató de Telecinco, y comenzó a tratar mal a sus amigos y familia, solo pensando en el dinero que se metía en el bolsillo y no podía dormir. Esa pausa le hizo volver con fuerza, el Kiko Hernández que le canta las 40 a quien sea mientras mira a cámara, el que sabe sacarle punta a cualquier tema que le pongan por delante.

No cabe duda que volverá a hacerlo. No solo por el contrato que en teoría le ata a la productora y, además, es su sustento profesional más reconocido, sino también porque ya sabemos que en Sálvamegustan mucho las eternas despedidas, los amagos de abandono y las pausas. Porque no olvidamos que Kiko Matamoros se fue para no volver y ahí está, igual que Marta López, o Canales Rivera, que también regresaron años después de irse. Como Belén Esteban después de sus pausas, o Anabel Pantoja por las broncas en el plató, y tantos otros.

No hay que olvidar que Sálvame es, ante todo, un espectáculo televisivo. Que saben muy bien cómo hacer su programa y que de cualquier situación se puede sacar tajada. Es conocido por todos que el formato no pasa por su mejor etapa de audiencias, ni en el diario ni en el Deluxe, e igual el día que Hernández regrese y se siente para decir cómo se encuentra, el público vuelva a conectar con el programa y se consigan los datos que solían superar los 2 millones de espectadores. Y que así todo lo vivido este miércoles se quede en un sencillo susto y nada más, un hasta luego, que no un adiós.

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