El drama de Mark Philippoussis, de la élite a la pobreza: «Tuve que pedir comida a mis amigos»

La historia de Mark Philippoussis perfectamente podría servir de ejemplo para muchos deportistas sobre lo que puede suceder si no gestionan bien sus recursos o no tienen un buen asesoramiento detrás. El que fuera tenista australiano logró convertirse en número 8 del mundo después de que su familia lo apostase todo por él, algo que ha reconocido abiertamente en las últimas horas, siendo protagonista de un reality de televisión en su Australia natal, SAS Australia.

El drama en el que se convirtió su vida

En él, el que fuera tenista profesional ha reconocido lo difícil que fue esa época no sólo para él, sino también para su familia. Afectado de gravedad por varias lesiones, vio cómo comenzaron a disminuir los ingresos hasta quedarse sin nada, teniendo que recurrir al auxilio de muchos amigos para poder comer. «Mi familia es mi mundo, es mi prioridad, mi todo. Tenía el sueño de convertirme en un tenista profesional y mi familia puso todo en juego. Mi padre tenía un buen trabajo en un negocio bancario y renunció porque dijo que quería ayudarme a cumplir mis sueños, así que dejó sus sueños y trabajé muy duro para cumplir los míos», comenzó relatando.

«Cuando eres deportista, lo último en lo que quieres pensar es en lo que siempre te dicen: ‘Ahorra para un día lluvioso’. Sientes que eres débil cuando te lesionas y tienes algo que respaldar. No puedes pensar de esa manera porque tienes que seguir adelante, tienes que recuperarte y estar bien. Estuve fuera unos meses. No podía permitirme mucho, tuve que pedirles a mis amigos que compraran comida«, explicó sobre el momento en el que tuvo que enfrentarse a su sexta cirugía de rodilla, en 2009.

«Comíamos pasta de repollo los siete días de la semana, hasta que terminó siendo una de mis comidas favoritas. MI madre decía que era ‘comida de pobres’ porque es muy simple. Me sentí muy avergonzado porque ellos me dieron su sueño y mi responsabilidad era cuidarles. Estaba en un lugar oscuro y tenía depresión. No hay mayor dolor que ver a mis seres queridos sufrir por mis actos», añadió.

En su caso, no sólo las lesiones motivaron su ruina económica, y la de su familia, sino que también la mala gestión de su riqueza cuando estuvo en la élite del tenis mundial: coches de lujo, 15 motos y todo tipo de gastos de los que hoy sigue arrepintiéndose. En 2009, tuvo que ir a juicio para evitar el embargo de su casa familiar debido al retraso en los pagos de su hipoteca. «Pagar facturas y no tener ingresos ha sido difícil durante varios años, pero todos tienen que pasar por ello», sentenció.

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