Djokovic, a dos pasos
Aunque no quiere ni oír hablar de ello, lo cierto es que Novak Djokovic está a dos pasos de levantar en Nueva York su 21º trofeo de Grand Slam, con el que desharía el empate a 20 que mantiene con Nadal y Federer, y también de ganar los cuatro majors, Australia, Roland Garros, Wimbledon y US Open, en un mismo año, algo que sólo han logrado Steffi Graf, Margaret Court, Rod Laver, Don Budge y Maureen Connolly.
El serbio elevó su nivel para remontar en cuartos contra el italiano Matteo Berrettini (5-7, 6-2, 6-2 y 6-3) y se enfrenta este viernes (01:00, Eurosport) en semifinales a Alexander Zverev, que llega en su mejor estado de forma, en racha de 16 victorias, con el oro olímpico y el Masters 1.000 de Cincinnati en las alforjas. Además, ganó al número uno del mundo hace unas semanas en Tokio y sólo ha perdido un set en el torneo.
Se encontrará, eso sí, con un Djokovic crecido que ofreció una actuación memorable al resto frente a Berrettini, aunque tuvo que invertir tres horas y media en pista, que se suman a las 10:25 que acumuló en los cuatro partidos anteriores en los que jugó al ralentí y cedió tres mangas. El alemán lleva 9:23 y tiene 24 años, diez menos que el balcánico, que está harto de que le mencionen el asunto de los récords: «Sólo hablo del próximo partido, no me preguntes por la historia, no quiero pensar en eso, sé que está ahí, pero vamos paso a paso», le dijo a Patrick McEnroe durante la entrevista en la Arthur Ashe. Después, en rueda de prensa, explicó su reacción: «Ya he respondido a esa pregunta muchas veces, es comprensible. Pero ya tuve suficiente. Si empiezo a pensar mucho sobre eso me agobia mentalmente».
Público molesto
El otro pero para Nole es el público, que le molesta sobremanera. El comportamiento de algún espectador volvió a sacarle de quicio hasta el punto de que pudo repetirse el drama del año pasado, cuando fue descalificado por darle un pelotazo a una jueza de línea. Despejó un envío de Berrettini de mala manera y de milagro no le dio a un recogepelotas. «Cada partido que juego en este asombroso estadio, es una lección adicional para mí y una posibilidad de mejorar», dijo después.
Mucho más tranquilo está Daniil Medvedev, que se mide con Felix Auger-Aliassime en la otra semifinal (21:00). «No estoy preocupado por Djokovic. Y no me hubiera importado que estuvieran Nadal y Federer. Sólo pienso en ser campeón», dice el ruso, que rebosa confianza.
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