La huída hacia adelante del Príncipe Andrés mancha la imagen de la monarquía
Desde que estalló el caso de Jeffrey Epstein la imagen del príncipe Andrés quedó en entredicho y es que Virginia Giuffre le acusó de haber abusado sexualmente de ella cuando era menor de edad.
Una foto de ambos con Andrés rodeando la cintura de la joven que, en aquel entonces tenía 17 años, salió a la luz y el ‘royal’ negó la mayor. Ante la presión mediática dijo en la BBC que si aquella fotografía no era un montaje, él se hacía muchas fotos con gente que le reconocía.
Tras la entrevista en que la imagen del príncipe quedó bastante destruída a nivel mediático dado que no resultó convincente para la audiencia, Isabel II tomó cartas en el asunto y le “escondió en un cajón” apartándolo de la vida pública.
El duque de York fue relegado a Berkshire para evitar así el acoso de los medios y que manchara la imagen de una monarquía ya dañada por el Megxit (¡y lo que estaba por venir con la entrevista de Oprah!) pero, aún así, nadie le quitó el ducado.
A día de hoy una nueva causa judicial en Nueva York apunta directamente al ‘niño’ de los ojos de Isabel II y es que Virginia le ha denunciado por la presunta agresión sexual y, ¿qué hace Andrés? Pues en vez de asumir la posible citación judicial que deben entregarle, “huye” hacia adelante.
El royal y su exesposa, Sarah Ferguson, se han ido de Berkshire a Escocia y todo apunta a que podría ser una estrategia para evitar que los abogados americanos que le buscan, logren entregarle los documentos de la acusación formal de Giuffre.
Desde luego esta escapada flaco favor le hace a la monarquía y es que, si no tiene nada que esconder debería presentarse voluntariamente a testificar y afrontar el juicio. En caso contrario y siendo un príncipe con mucha atención mediática y responsabilidad política e institucional, debería asumir de igual manera la causa judicial.
Lo que no es normal es que Andrés lo niegue de cara a los medios en la citada entrevista y, sin embargo, eluda las responsabilidades de la justicia que es donde realmente debe dar la cara y argumentar su defensa.
Según ‘The Sun’, los abogados han intentado reiteradamente y sin éxito entregarle los documentos a Andrés que incluyen, obviamente, una copia de la denuncia interpuesta por su presunta víctima.
Giuffre presentó la denuncia el pasado 10 de agosto y el equipo legal tiene un plazo de 120 días, según recoge ‘La Razón’ para obtener los papeles de Andrés si es que sus abogados tratan de desestimar la denuncia. Además, si la parte denunciante reclamara dicha desestimación, el duque de York contaría con 21 días más para responder de forma oficial.
Todo está previsto para que el 13 de septiembre el juez escuche a Virginia por vía telepática en Nueva York y, por ahora, el príncipe Andrés ni siquiera ha recibido los documentos necesarios para poder defenderse.
Esta carrera sinsentido empaña su imagen y su verdad así como salpica a Isabel II y al resto de miembros de la familia real. La monarca y su equipo de estrategia deberían pararle los pies a Andrés en vez de cobijarle.
En ocasiones como esta y, pudiendo tener el peor de los resultados si el duque resulta culpable ante la ley, es mejor asumir y “desterrar” al miembro conflictivo de la monarquía que no jugar al gato y al ratón huyendo de una justicia que, antes o después, va a tener que encarar.