La obsesión de Ancelotti

EI plan de Ancelotti para sonreír esta temporada pasa por pulir los errores defensivos de las primeras tres jornadas pero también, en especial, por devolver a este Real Madrid el look goleador del de su anterior etapa. Aunque no esté Cristiano ni haya llegado finalmente el armamento nuclear que supone un fichaje como el de Mbappé.

Escudo/Bandera Real Madrid

El italiano está en ello. Ancelotti y su staff miraban al llegar al inicio de la pretemporada un dato con bastante preocupación. El Madrid del curso pasado se quedó en sólo 88 goles en 52 partidos. En Liga, el mejor baremo para medir la regularidad, apenas 67; la peor cifra desde la temporada 2006-07 en la que Capello ganó el título exprimiendo apenas 66 dianas a favor

Ancelotti prefiere apuntar hacia arriba. De momento le está funcionando la intención. El Madrid ha salvado su tres jornadas ligueras iniciales lejos de Chamartín con siete puntos de nueve posibles pero sobre todo con ocho goles a favor. Un promedio de 2,6 tantos por encuentro que supone prácticamente uno más que la media del equipo de Zidane en la 2020-21, que se quedó en 1,7…

Es apenas casi el calentamiento para la temporada, pero una buena señal teniendo en cuenta que al regreso del parón se da el pistoletazo de salida a la Champions (el día 15) y además contra el rival teóricamente más poderoso del grupo, el nuevo Inter de Inzaghi en pleno proceso de reconstrucción forzosa.

Ancelotti no tiene una misión sencilla para mantener su promedio actual hasta el final de la campaña pero de lograrlo igualaría el de su primer año, el de la Décima, donde su Madrid firmó 160 goles en 60 partidos (una media de 2,6 por encuentro) y se quedaría a las puertas del registro del segundo (la 2014-15) en el que incluso lo subió a 2,7 dianas por duelo. Con aquellos precedentes, es entendible que Carletto quiera más. Lo dijo en su presentación. “Necesitamos más gol y tienen que aportar todos, no sólo Karim”, dijo. Vinicius y Bale han tomado nota y muestran el camino al resto.

Vinicius es la piedra filosofal del italiano

En este arranque de temporada del proyecto 3.0 de Ancelotti como entrenador madridista se ha encontrado con una pieza para desarrollar: Vinicius Junior. El brasileño generó dudas en sus tres temporadas previas en el Madrid porque su descaro en el regate aventuraba cosas muy buenas, pero gol dejó poco. Y encima, la mayoría de rebote. Eso lo está intentando corregir el entrenador transalpino alterando la posición de Vini en el campo. Más que un extremo ortodoxo, pasa a ser un atacante libre para descolgarse en velocidad y fulminar al rival. No sé si terminará siendo un gran goleador, pero puede marcar mucho arrancando desde lejos y buscando el uno contra uno”, analizó el propio Ancelotti tras el doblete del brasileño en el Ciutat de València.

Vinicius se ha convertido en el futbolista que no esperaban los rivales, al menos en materia goleadora. Con Ancelotti ha pasado de ir con pies de plomo a convertir en oro casi todo lo que toca. Ese partido ante el Levante ha sido un antes y un después para Vini. Le ha servido para ser de momento el pichichi blanco este curso y para desbancar de la titularidad a una estrella como es Hazard. “Ha hecho ya los mismos goles en Liga que la temporada pasada”, dijo Carletto. Vinicius se postula al fin como ese escudero que necesita Benzema.

About The Author