Gigante silencioso. Quiénes son los dueños de Molino Cañuelas, la empresa que entró en convocatoria

Molino Cañuelas

Molino Cañuelas

Un gigante silencioso. Así se podría definir al grupo Navilli, los dueños de Molino Cañuelas, la empresa de alimentos que se acaba de presentar en concurso de acreedores con una deuda de US$1400 millones.

La empresa, que nació en 1931 con un pequeño molino en Laboulaye, en el sur de Córdoba, fue creciendo en los últimos años hasta convertirse en una de los principales jugadores en la molienda de trigo y el procesamiento de alimentos de la Argentina, pero sin que sus dueños abandonaran nunca su tradicional bajo perfil.

Fundada por los hermanos Adriano y Aldo Navilli, 90 años después el control continúa en manos de la familia, con las acciones repartidas en cuatro ramas de hermanos y primos que ostentan cada uno el 25% del paquete accionario. Las cuatro ramas son encabezadas por Aldo Adriano Navilli, Carlos Navilli, Ricardo Navilli y Marcos Aníbal Villemur (hijo de Adriana Elba Navilli).

Aldo Navilli encabeza una de las cuatro ramas de la familia que hoy controla Molino CañuelasAldo Navilli encabeza una de las cuatro ramas de la familia que hoy controla Molino Cañuelas

Aldo Navilli encabeza una de las cuatro ramas de la familia que hoy controla Molino Cañuelas

Aldo Navilli encabeza una de las cuatro ramas de la familia que hoy controla Molino Cañuelas

Desde el primer momento, los negocios de los Navilli estuvieron ligados al trigo. La familia dio sus primeros pasos con el molino Florencia, en Laboulaye, y desde la localidad cordobesa emprendieron una expansión que incluyó la compra de campos y molinos en Cañuelas, Río Cuarto, Rosario y otras ubicaciones privilegiadas de la zona núcleo.

En los 90, la familia dio su primer paso internacional con la compra del Molino Peirano en Uruguay y, en 1999, concretó otro movimiento estratégico con la adquisición de un predio sobre el Paraná de las Palmas donde levantaron su propio puerto cerealero, Terminal de Las Palmas.

En los 2000 llegó el momento de iniciar un proceso de integración vertical, con el desarrollo de sus marcas de alimentos. Este negocio incluye nombres con una presencia muy destacada en las góndolas de los supermercados, desde los bizcochos 9 de Oro hasta la harina Pureza, la premezcla Mamá Cocina, las galletitas Paseo y las pizzas congeladas Pietro.

En 2016, a los pocos meses del cambio de Gobierno y la asunción de Mauricio Macri, el grupo dio otro golpe con la compra de los activos de la división de harina de trigo de la multinacional Cargill en la Argentina, a cambio de US$52 millones. La operación incluyó el traspaso de siete molinos, lo que le permitió a los Navilli convertirse en la mayor empresa harinera del país.

La compra de los activos de Cargill y otras inversiones de la compañía iban a ser financiadas con la apertura del capital y la salida a la Bolsa de Nueva York, para lo cual Molinos Cañuelas llegó a presentar toda la documentación ante la Securities and Exchange Commission (SEC) de la bolsa de Nueva York. A través de esta operación, la empresa de la familia Navilli planeaba recaudar US$300 millones, aunque la colocación nunca se concretó por una combinación de alta volatilidad de las acciones argentinas y falta de interés de los inversores internacionales.

Molino CañuelasMolino Cañuelas

Molino Cañuelas

Molino Cañuelas es la principal empresa del grupo Navilli y cerró 2020 con una facturación de $72.000 millones

“El problema de Molino Cañuelas fue que se sobredimensionó mucho y para crecer se endeudó en dólares y al poco tiempo las devaluaciones le cambiaron toda la estructura de su negocio. Entre otras cosas, fue un problema de timing”, explicaron a LA NACION en una empresa competidora.

Por fuera de su core business, las distintas ramas de la familia en los últimos años fueron diversificando sus negocios. Regina Navilli, la hija de Aldo Navilli, se alzó con las marcas de ropa Vitamina y Uma, y otra rama de los herederos lanzó su cadena de pizzerías con la marca Alla Pala.

Hoy, el entramado societario reúne a más de veinte firmas , en algunos casos con socios por fuera de la familia, pero la nave insignia del grupo Navilli continúa siendo Molino Cañuelas, que cerró 2020 con una facturación de $72.000 millones.

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