Zandvoort: el último reto de la F1 con un peralte «en condiciones»

Lauda, Prost y Senna, posiblemente los tres mejores pilotos de la Fórmula 1 clásica, coparon por ese orden el último podio del GP de los Países Bajos, disputado en Zandvoort en 1985. En estas arenas ganaron en su día Jim Clark (4 veces), Stewart (3), Lauda (3), Ascari (2), Brabham (2), Hunt (2) o el Profesor (2), se corre allí desde 1952. Son nombres de leyenda a los que este domingo (15:00 horas, Dazn F1) se sumará Max Verstappen, Lewis Hamilton o un ‘outsider’.

El circuito de la costa holandesa es un trazado de la vieja escuela, muy revirado, estrecho y con peraltes naturales aparte de la espectacular curva final, con un ángulo de inclinación vertiginoso para facilitar los adelantamientos en la recta de meta. Quizás la primera frenada sea el único punto claro para disputar la posición a otro coche, porque será difícil que convivan dos trazadas en la pista más allá de la recta. Aun así, a una vuelta promete una clasificación espectacular y además exigirá lo mejor de veinte pilotos sin experiencia en su asfalto.

Carlos Sainz lo conoce de su periplo en la Fórmula 3 y así aprovechó para describirlo después de la primera tanda de vueltas en el simulador de Ferrari en Maranello: «En un F3 era muy divertido pilotar allí, muy estrecho, pero no lo conozco con el nuevo peralte del final. No veo muchas posibilidades de adelantamiento, pero es un verdadero desafío para el piloto en la vuelta de clasificación. Hice unas veinte vueltas el otro día en el simulador y veo que se trata de un peralte en condiciones. No tiene un poco de peralte ligero como los de Mugello, esto es mucho más pronunciado, a otro nivel. La vuelta será muy rápida, muy corta. Tanto como en Canadá o Austria».

La pista la diseñó el neerlandés John Hugenholtz, prestigioso ‘compositor’ de circuitos espectaculares como Suzuka, Zolder o el Jarama. Las similitudes entre Zandvoort y el querido circuito madrileño son constantes y antes de su reciente remodelación, parecía inverosímil que una pista tan estrecha estuviera en condiciones de acoger un GP de F1. El paddock deberá dividirse en dos sectores porque apenas habrá espacio para camiones y ‘hospitalities’, y será un reto recibir cada día a 70.000 fans de Verstappen en un entorno costero con accesos que se saturan con facilidad.

El simulador

Los entrenamientos libres serán la toma de contacto real para todos los pilotos, aunque el simulador, en la fábrica, permite ir con los deberes hechos. «Con una pista nueva, en la que nunca has estado, el simulador es útil. Hay circuitos como Singapur en los que literalmente, no sabes dónde estás. El simulador te ayuda a saber en qué parte del circuito estás en todo momento, dónde está cada vértice. Pero es más complejo saber cómo se sentirá el coche, o dónde está un bache. Con todo, los simuladores son impresionantes y cada día más complejos», explica Sainz.

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