Intratable Barty
Pese a tratarse de un duelo inédito, la final que disputaron este domingo Ashleigh Barty y Jil Teichmann en el WTA 1.000 de Cincinnati se preveía de lo más desigual. Y efectivamente, los pronósticos se cumplieron. La australiana, número 1 del mundo y gran dominadora del circuito en los últimos dos años, impuso su condición de máxima favorita para alzar su quinto título de la temporada, en otras tantas finales, en modo arrollador: 6-3 y 6-1 en 71 minutos de juego.
Más allá del nivel tenístico que cada jugadora podía ofrecer en pista, el currículum de una y otra no invitaba al optimismo de la suiza, en cuyo palmarés sólo figuran dos títulos de categoría WTA 250. Para más inri, era debutante en una final de estas características, y eso se suele pagar si te enfrentas a una Barty que lleva más títulos que nadie este año y victorias (40 con la de hoy). Si a todo ello le sumas la fiabilidad de la australiana (firmó 8 aces y un 86% de puntos ganados con primer saque) y el tenis con mayor versatilidad del circuito, era evidente que sólo algo inusual podría haberle dado la victoria a Teichmann.
Pese a todo, la suiza salió al partido voluntariosa, no en vano, venía con la confianza de haber eliminado a Osaka, Bencic y Pliskova en su camino a la final. Pero la gasolina le duró poco más de un cuarto de hora. Consiguió evitar un break para ganar su primer turno de servicio, pero desde el 3-3, Barty encadenó la friolera de ocho juegos consecutivos (Teichmann salvó su honor al evitar el ‘rosco’ del segundo set) para hacerse con el triunfo. En definitiva, una sesión de entrenamiento anticipada que le vendrá bien a la oceánica para afrontar con mayor confianza y garantías el US Open, donde aspira a conquistar su segundo Grand Slam del curso tras Wimbledon.