El pozo de Lisboa era más profundo de lo esperado

Dijo Gerard Piqué tras el 2-8 que el Barça había tocado fondo y que a partir de entonces, sólo se podía remontar. Los hechos se han encargado de quitarle la razón. Un año después (se cumple hoy 14 de agosto) de la debacle deportiva más dolorosa, sólo comparable con la final de la Copa de Europa en Sevilla ante el Steaua, en el equipo del Barça se han movido muy pocas cosas. Y las que se han movido han sido en contra de la voluntad general.

Siete jugadores del equipo titular de ese día siguen en la entidad: Ter Stegen, Sergi Roberto, Piqué, Lenglet, Jordi Alba, Sergio Busquets y Frenkie De Jong. Casi todos ellos tienen muchas opciones de ser titulares el domingo ante la Real Sociedad.

Sólo cuatro jugadores han abandonado el club de la alineación que Quique Setién dispuso en la pizarra del Estadio da Luz ese infame día para los barcelonistas: Semedo, Luis Suárez y Arturo Vidal, que se fueron la pasada campaña y Leo Messi, que acaba de fichar por el París Saint-Germain en una derrota institucional tan dolorosa como la que fue la de hace un año a nivel deportivo.

Escudo/Bandera Barcelona

También jugaron ese día Griezmann y Coutinho. El primero, que salió en la segunda parte, sigue en el Barça; el segundo que jugó con el Bayern y marcó dos goles está en ahora en el lado blaugrana.

Caso aparte es Ansu Fati, que salió a falta de 20 minutos. Víctima de una lesión al inicio de la temporada pasada, apenas ha jugado desde ese día y tampoco se le espera de manera inmediata.

En el Barça han cambiado también muchas cosas desde ese día. Ha cambiado el presidente y Laporta ocupa el lugar de Bartomeu, ha cambiado el entrenador y ahora está Koeman en vez de Setién, pero lo que parecía imposible que era empeorar la situación general, parece que se ha logrado. Ese día no parece que, como dijo Piqué, se tocara fondo.

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