El papel estelar de Correa

Ángel Correa vive uno de los veranos más tranquilos que recuerda. Campeón con Argentina en la Copa América, también con el Atlético de LaLiga, y con el cartel de futbolista importante en el club por el que apostó al salir de su país. A sus 26 años seguro que puede decir que ha visto que sus sueños se han ido cumpliendo. Arranca un nuevo torneo liguero, el campeón visita Balaídos y Luis Suárez, Oblak y Marcos Llorente son los tres futbolistas que acaparan el foco mediático en el Atlético. Pero Correa se ha convertido en imprescindible para su entrenador.

Y para iniciar el campeonato volverá a ponerse al servicio de su entrenador y de sus compañeros. Regresó el día 2 y sin hacer una pretemporada en condiciones, formará en el frente de ataque ante el Celta. Trippier, Lodi y Luis Suárez, quienes también se incorporaron ese día, aún no están listos.

Escudo/Bandera Atlético

La situación del argentino contrasta con la que vivió algunos otros veranos, especialmente el de 2019, cuando estuvo a un paso de marcharse al Milan. Fue el año de la renovación de la plantilla y la llegada de futbolistas como Trippier, Marcos Llorente, Felipe, João Félix… En ataque la competencia se antojaba brutal con Diego Costa, Morata, João Félix… Se llegó a hablar de que incluso todo estaba apalabrado con el Milan, pero el traspaso no se llegó a realizar. El Valencia estuvo muy atento. Como también Tottenham, Napolés o Wolverhampton. Correa siguió a las órdenes del Cholo, para bien de su entrenador y de su equipo.

Con contrato hasta 2024 y con un valor de mercado de 40 millones, Correa fue uno de los hombres del campeonato pasado. Sin alzar la voz ni creerse mejor que nadie, sostuvo el ataque del Atlético cuando el Cholo apenas tuvo jugadores ofensivos, desaparecido João Félix por sus problemas de tobillo y también lesionado Luis Suárez. Dembélé apenas jugó y Angelito tuvo que tirar del carro. Falló goles cantados y lloró abrazado a Simeone tras alguno de esos errores clamorosos. Pero sus fintas, su movilidad y sus goles le dieron al Atlético el título. Y ya se sabe que quien ríe el último…

Jugó 48 partidos (38 de LaLiga, ocho de Champions y dos de Copa). Marcó nueve goles, todos en el campeonato liguero. Y dio 11 asistencias, ocho en LaLiga, dos en Champions y uno en Copa. Disputó todos los partidos ligueros. No falló ni un día. Jugando en punta, cerca de la portería (donde más le gusta a él) o por banda, en un trabajo más sacrificado. Incluso en algunos momentos de lateral derecho. El chico que llegó en el verano de 2014 al Atlético, y que costó ocho millones, es ahora un primer espada. Seguro que cuando mire atrás recordará ese operación de corazón en su primera temporada como rojiblanco que le pudo haber cambiado su vida. Se repuso con coraje y corazón y ahora vuelve a alistarse el primero ante el Celta.

About The Author