Casi diez horas de sueño y la inspiración del tiro

Pablo Carreño tenía los Juegos entre ceja y ceja. Siempre estuvieron en su calendario. En 2020 y en 2021. Mientras Rafa Nadal (3º), Roberto Bautista (10º), Albert Ramos (40º), Jaume Munar (69º), Carlos Alcaraz (75º) y Feliciano López (90º) declinaron jugar en Tokio, él se alistó en individual, dobles y dobles mixto (que no disputó por el golpe de calor de Paula Badosa).

Tras tropezar ante Karen Khachanov (25º) y encontrarse con Novak Djokovic en el partido por el bronce, en vez de hundirse se relajó. «Al principio me vine un poco abajo, pero después dormí como nunca. Al perder se me vino todo el cansancio encima de varias semanas, toda la presión de representar a tu país y quizá viendo que iba a tener a Djokovic enfrente y que estaba muy difícil, me relajé. ¡Nueve horas y media del tirón!», contó divertido el asturiano.

Cuando llegó al Ariake Center, de mañana y tras calentar con su técnico Samuel López, se puso a ver a Alberto Fernández y Fátima Gálvez. «Me vino bien para encarar el partido con una ilusión tremenda. Salí a ganar y lo conseguí», relató. Sin tiempo para celebraciones, el día 5 volará a Toronto para afrontar el Masters 1.000 y la temporada americana de pista dura. La semana previa a los Juegos, logró su primer ATP 500 en Hamburgo, sobre tierra. Arriesgado, pero salió bien. «Hoy en día están muy acostumbrados a los cambios de superficie y teníamos cuatro días por delante. Llegó con una confianza enorme y salió bien», se alegró su entrenador.

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