La Voz: una versión de “Seminare” enamoró a todos los jurados
En una nueva noche de La Voz, distintos cantantes de todas partes del país se animaron a hacer las audiciones a ciegas, con el objetivo de cautivar a los jurados: Lali Espósito, Soledad Pastorutti, Ricardo Montaner, y Mau y Ricky. A lo largo de una velada en la que hubo grandes talentos, se destacaron dos números que brillaron con luz propia.
Tomás Barrientos es un joven de San Gregorio, localidad ubicada en Santa Fe, y así se presentó: “Con la música arranqué de muy chico, con seis o siete años. En un viaje de egresados, en Bariloche, me hicieron guitarrear y cantar, y dije: ‘Este es es mi momento para largarme’. Ahí me di cuenta que eso es lo que quería. Sé que tengo una misión, y es la de transmitir vida, alegría y amor a través de mis canciones y de mi música”.
Al momento de plantarse en el escenario, Tomás se animó a cantar “Seminare”, y el modo en el que logró darle una impronta propia a esa canción, le valió que -inmediatamente- Mau y Ricky se dieran vuelta. El resto del jurado tampoco tardó demasiado en presionar el botón, con la esperanza de sumar al joven a sus respectivos equipos.
Al momento de la devolución, Mau le dijo: “La emoción que te que vi cuando nos volteamos, de eso se trata, de que uno no pierda la habilidad de asombrarse y emocionarse. A mí me conmovió mucho, porque se notan las ganas que tienes de estar aquí”. A continuación, Lali agregó: “Es verdad que cantás increíble. Tenés una voz súper dulce, pero cuando tenías que apretar y tener rock, lo tenías. Yo podía divisar que tu voz es muy amplia y que podés cantar otras cosas. Creo que tenés una voz que puede brillar en cosas súper pop, súper arriba. Estás muy vivo”.
En su turno, y sin perder el entusiasmo, la Sole comentó: “Yo también vengo de un pueblo, los dos somo santafesinos. Empezamos como muy solos, y parece como un sueño inalcanzable. Todo lo que logré es a base de mucho esfuerzo, y yo siento que a vos te está pasando lo mismo hoy. Elegiste una canción hermosísima, que no se puede cantar sin sentimiento, y además hiciste tu propia versión. Yo siento que esa voz que tenés, puede cantar un montón de cosas. Vos tenés mucho para dar, y quiero que estés en mi equipo”.
En el cierre, Montaner concluyó: “Tu voz viene acompañada de una lágrima especial; y eso no se aprende, no se compra y no se consigue en ningún lado. Te puedo asegurar que vas a estar entre los participantes más importantes de La Voz. Quiero poner toda mi energía contigo hasta el final, sería una gran bendición tenerte conmigo trabajando”. Con mucha emoción, el participante se decantó por el equipo del cantante.
Más adelante, fue el turno de los hermanos Alexis y Fabricio Albarracín. Oriundos de Córdoba, presentaron su historia, y cómo superaron distintos obstáculos. Fabricio le temía al público y, cuando se presentaba en algún escenario, cantaba de espaldas; mientras que su hermano sufrió de pequeño una disfonía crónica, que con el tiempo -confesó- se convirtió “más que en una maldición, en una bendición”.
Los Albarracín cantaron a dúo “Tanto”, un número que llamó la atención de los hermanos Montaner. En la devolución, Ricky comentó: “Por razones obvias, esto nos conmueve más que ver a un solista porque tenemos la bendición de compartir esta carrera juntos. Hay un camino por recorrer, problemitas de afinación y cosas para trabajar, pero me alegra que esto es solo el comienzo. Lo que viene es lo divertido. Y vamos a darlo todo para llegar lejos”. Por su parte, Mau concluyó: “Al ser hermanos, tenemos una debilidad. Yo sé que ellos van a hacerlo mejor y, por eso, decidimos darnos vuelta, porque vemos su potencial”.